Los cartagineses contaban con dos falanges pesadas, una unidad de scutrais, una de caetratis, caballería pesada íbera, una unidad de infantería númida, dos unidades de caballería númida, dos unidades de jabalineros libios, tres elefantes, una horda de galos y una unidad de caballería gala.
Los romanos tenían dos legiones una romana y otra itálica, una unidad de caballería romana, una unidad de caballería itálica, una unidad de arqueros griegos y una unidad de caballería gala de una tribu aliada a los romanos. Los romanos formaron del modo clásico disponiendo sus caballerías en las alas y adelantando sobre una colina a sus arqueros.
Los cartagineses formaron sus dos falanges juntas para atacar a la legión romana precedidas por los jabalineros libios y los elefantes, su flanco lo cuidaba la infantería númida y las dos unidades de caballería númida. En su flanco derecho y enfrentando a la legión itálica, estaban los scutaris precedidos de los caetratis y la horda de galos precedida de sus honderos,.En el extremo del flanco se desplegó una poderosa unidad de caballería gala. La caballería pesada íbera estaba en el centro como reserva.
Los cartagineses atacaron inmediatamente enviando por delante a sus elefantes rodeados de una nube de jabalineros libios. Simultáneamente la caballería númida salió a hostigar a la caballería gala, aliada de los romanos, que estaba en el extremo derecho de su línea. Los númidas pudieron arrojarle jabalinas con poco éxito debido a los escudos y a las armaduras de los galos. Los galos, a su vez, no pudieron alcanzar a los númidas cuando se evadían.
En el otro sector los caetratis avanzaron frente a los scutaris amenazando a la legión itálica, mientras maniobraba la infantería y la caballería gala en un aparente ataque de flanco que nunca comenzó.
Cuando se acercaron los caetratis a tiro de los arqueros estos inmediatamente dispararon pero sin mucho éxito. Mientras tanto avanzaban rápidamente los elefantes y los jabalineros libios, pero las falanges comenzaron su avance un período después.
Pronto los elefantes se encontraron con los velites de la legión y cargaron dejando atrás a los jabalineros. Los vélites arrojaron sus jabalinas, uno de los elefantes fue muerto, otro se descontroló retirándose sin provocar mas bajas mientras que el restante siguió avanzando.
Como el resultado del combate fue desfavorable para los velites sufrieron muchas bajas y debieron testear moral, pero lograron mantenerse firmes.
La unidad de jabalineros libios que estaba en el extremo derecho de su línea cargó sobre la colina desalojando a los arqueros quienes no presentaron combate y se retiraron inmediatamente. El elefante que se retiraba pudo ser controlado y se preparó para volver a la línea.
En esos momentos una de las unidades de la caballería númida volvió a hostigar a la caballería gala pero esta vez no pudieron evadirla y fueron cargados por la retaguardia perdiendo la mitad de sus efectivos.
El tiempo pasaba y las falanges, que habían empezado su avance muy tarde, no llegaban al contacto.
Uno de los jefes cartagineses decidió atacar a la línea romana con el elefante victorioso y tuvo que enfrentar un manipulo de príncipes bien sostenido por el resto de la legión. Si bien los romanos sufrieron muchas bajas el elefante fue muerto y ya la situación no permitía a los atacantes cumplir con los objetivos del juego.
Se declaró la victoria romana y ambos bandos volvieron a aliarse para atacar la munición de boca que ya estaba dispuesta para saciar a los guerreros.
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