El pasado martes 6 de mayo los nuevos treinta soldados de
la Guardia Suiza del Vaticano juraron en una ceremonia en el patio del Palacio
Apostólico. El capellán de la Guardia Suiza,
Alan Guy Raemy, leyó en primer lugar la fórmula del juramento al papa
Francisco, por la que prometen dedicarse al pontífice: "con todas mis
fuerzas, sacrificando incluso, si es necesario, mi propia vida para defenderlo".
Historia de la Guardia Pontificia
El inicio
de la modernidad, marcado por el resurgimiento de la cultura clásica
greco-latina, la ruptura de la moral con el derecho y la política que
desencadenó el proceso de reforma religiosa y el surgimiento del estado-nación,
marcó el rol temporal del pontificado.
La
convulsión europea caló muy hondo en la Ciudad Eterna, que terminó por
amoldarse al fenómeno cultural del renacimiento –que, con su paganismo, atacaba
al orden creado por la misma Iglesia durante la Edad Media- y la generación,
definida, del absolutismo monárquico en cabeza del Papado, y por lo tanto la
consolidación del Estado-Nación de la Iglesia.
Esta
circunstancia llevó a que la Iglesia de Roma se transformara en uno de los
actores políticos con mayor poder durante finales el siglo XV y comienzos del
XVI y, por lo tanto generara recelo entre el resto de los monarcas europeos.
Los papas, rivalizaban, así, con Francia, España, Inglaterra, Venecia, etc y
para mantener su preponderancia tuvieron que valerse de disciplinados ejércitos
formados, principalmente, por mercenarios.
Julio II |
Justamente,
en este marco fue el Papa Julio II, llamado de nacimiento Juliano della Rovere,
el pontífice más renacentista y absolutista de todos. Hecho de la Sede del
Apóstol a la muerte de Pío III (1503), marco como objetivo de su pontificado
devolver la independencia al papado.
Supo
consolidar de manera bastante definitiva el poder temporal de la Santa Sede al
controlar a los señores feudales que de continuo desobedecían la autoridad
soberana del Pontífice y expulsó de su ámbito de poder a César Borgia. Julio II
sometió a la ciudad de Bolonia. La resistencia de Venecia a entregar las
ciudades pontificias anteriormente tomadas motivó la formación de la Liga de
Cambrai -en la que participaban los franceses-. Los aliados derrotaron a los
venecianos en Agnadello. Las ciudades de Perusa y Ravena pasaban a la órbita
pontificia al tiempo que las posesiones milanesas de Parma y Piacenza eran
anexionadas. Temeroso del creciente poderío francés, el pontífice concertó de
manera separada una paz con Venecia y decidió atacar a sus antiguos aliados,
los franceses, provocando la reacción de éstos, que tomaron Bolonia. En el último año de su existencia, Julio II gozó de un amplio reconocimiento en
Italia al aparecer como abanderado de la lucha contra los extranjeros, ya que
tras las primeras victorias, los franceses tuvieron que retirarse de la
península y el Papado recuperó sus antiguos territorios. La independencia pontificia estaba asegurada. La labor de mecenazgo de Julio II
no se limita a Miguel Angel ya que ayudó a otros artistas como Bramante o
Rafael, siendo el impulsor de la construcción de la Basílica de San Pedro que
hoy podemos admirar y el promotor de la creación del Museo Vaticano. Como jefe
espiritual Julio II resultó un total fracaso mientras que como soberano
temporal y protector de las artes se muestra como un gran triunfador.
Clemente VII |
Lo
sucedió en el Pontificado Clemente VII, que continuó con la política de su
antecesor hasta que el Emperador Carlos V de Alemania (I de España) impuso su
modo de ver respecto del rol de la Iglesia y comenzó a decrecer el poder
temporal del Papado.
Creación de la Guardia Suiza Pontificia
Algunos
autores han interpretado que el origen de la célebre Guardia Suiza se produjo
cuando el Papa Sixto IV (1471-1484) con ocasión de un tratado de alianza que
había celebrado con algunos cantones suizos en 1478, dato que no ha sido
comprobado. Pero sin lugar a dudas fue Julio II, el que, para cumplir su programa de
gobierno, encomendó al cardenal Mateo Schinner que solicitara a los cantones
suizos de Lucerna y Zurich, el envió de soldados helvéticos que por aquella
época gozaban de la fama de valerosos y experimentados guerreros. Durante los
días 24 y 25 de septiembre de 1505 los señores nobles pusieron a disposición de
Julio II (1503-1523) y del Pontificado los soldados cristianos más destacados
de sus ejércitos con el objeto de defender y proteger a los Vicarios de Cristo. El
contingente llegó a Roma el día 21 de enero de 1506 y el día 22 se creaba el
cuerpo de la Guardia Pontificia compuesto por ciento cincuenta valerosos suizos
al mando del capitán Gaspar von Silenen. Instalados
en Roma, la tradición indica que el Papa solicitó a Miguel Angel el diseño del
vistoso uniforme que –con algunas modificaciones- utilizan hasta el día de hoy. Durante
el conflicto político entre Carlos V de Alemania y Francisco I de Francia por
quién el Papa Clemente VII (1523-1534) tenía preferencias, se produjo un gran
enfrentamiento bélico que concluyó con el “Saqueo de Roma”. El día 6 de mayo de
1527, el ejército Imperial de Carlos V, del que formaban parte unos dieciocho
mil lansquenetes, muchos de ellos luteranos, toman al asalto Roma y durante
semanas sometieron a saqueo la Ciudad Eterna. El terrible episodio, que se
inscribe en la segunda guerra entre el emperador Carlos V y el rey francés
Francisco I, marcó el fin del papado renacentista en Italia. El Pontífice
Clemente VII salvó su vida al refugiarse en el castillo Sant´Angelo, pero 147
de sus guardias suizos perecieron en su defensa, mostrando al mundo el valor y
la fidelidad de los suizos para con el Papa.
Batalla de Lepanto, gran victoria de la Cristiandad, donde combatió una compañía de la Pontificia Guardia Suiza |
Pablo III
(1536-1549) volvió a formarla en 1548 con 225 hombres, uno de cuyos
destacamentos fue enviado por San Pío V (1566-1572) a combatir contra los
turcos en Lepanto, donde consiguieron arrebatar dos banderas enemigas. Disuelta
por Pío VI (1775-1799) antes de partir al exilio en 1798 y forzado a ello por
Napoleón Bonaparte, Pio VII volvió a formarla en 1801 pero con un total de sólo
64 soldados. León XII (1823-1829) lo aumentó a 200 en 1824 y siguió cumpliendo
la misión originaria de la defensa del Papa. El año de
1848 fue un hito en la historia del cuerpo pontificio, ya que en aquella fecha
se produjo una revolución que prendía tomar el Quirinal, actuando decididamente
el ejército con el objeto de defender aquél Palacio. El 20 de
septiembre de 1870, cuando las tropas italianas invadían la Ciudad Eterna, la
Guardia Suiza se reconcentró en el Vaticano dispuesta a su defensa. La última reorganización de la Guardia Suiza la hizo S.S. Juan Pablo II el 5 de
abril de 1979.
El fundamento de la existencia de
los cuerpos militares Papales.
Luego de
la autorización conferida por Constantino permitiendo el cristianismo en el
Imperio la Iglesia de Roma, y su Obispo, el Papa, recibieron de paganos
convertidos a la religión de Cristo y de devotísimos cristianos un sin número
de donaciones inmobiliarias en las cercanía de la Urbe. Ello dio lugar al nacimiento
de lo que se denomina los “Estados Pontificios” o “Estados de la Iglesia”. Esta
unidad política estuvo formada por un conglomerado de territorios
centroitalianos que se mantuvieron como un Estado independiente entre los años
750 a 1870 bajo la directa autoridad civil de los Papas y cuya capital fue la
Ciudad Eterna de Roma.
Por ello,
el Pontífice además de ser la máxima autoridad religiosa de la Iglesia,
desempeñó, simultáneamente la máxima magistratura temporal con el fin de
proveer al buen gobierno de su feudo. Esta
realidad implicaba la existencia de instituciones políticas que convivían
armónicamente debido a las dos potestades que ejercían los pontífices, aunque
no pocas veces la función espiritual fue descuidada en beneficio de la
política. Esto fue, justamente, lo que llevó a Julio II a mejorar las fuerzas
armadas pontificias y a contratar a la Guardia Suiza como cuerpo de elite
dedicado a su custodia personal.
La
realidad política de la Iglesia, accidental pero necesaria para la
independencia espiritual del papado, permitió y justificó la toma de tal
medida. En efecto, todo principado temporal formó su ejército y lo alistó para
la defensa, y así lo hizo la Iglesia que no era ajena a los intereses políticos
internacionales, por lo menos hasta el 20 de septiembre de 1870, fecha en que Víctor Manuel de Savoia tomó Roma y concluyó,
luego de años de luchar militarmente con el Papado con la existencia del “Stato
de la Chiesa” como Estado soberano internacional.
Esta
situación desencadenó en una aguda crisis internacional (llamada Cuestión
Romana) que sólo pudo solucionarse en 1929, cuando se firmó el Tratado-Concordato
de Letrán entre la Santa Sede Apostólica y el Reino de Italia momento en el
cual se creó el Estado de la Ciudad del Vaticano como unidad política soberana
de la Iglesia.
Desde
aquél momento el Pontificado recobró su potestad política y su plena soberanía
temporal (que no la perdió totalmente durante el período 1870-1929). La Iglesia
nuevamente tenía una realidad instrumental (el Estado del Vaticano) que le
aseguraba la plena independencia de toda injerencia política internacional, como por ejemplo de Italia, o de Alemania durante la II Guerra Mundial, o de la ocupación norteamericana de Italia.
Es, por lo tanto, la realidad de la existencia de un Estado, y la figura de un
soberano (el Papa) la que justifican la creación y el mantenimiento de un
cuerpo militar destinado a defensa del Pontífice y de su Estado.
Bandera de la Guardia Suiza
Bandera de la Guardia Suiza Diseño básico |
La
bandera que identifica a la Guardia Suiza consta de cuatro campos divididos por
una cruz latina en color blanco en cuyo centro se estampa el escudo de armas
del capitán de la Guardia. Daniel Rudolf Anrig es el actual Comandante de la Pontificia Guardia Suiza desde su nombramiento por el Papa Benedicto XVI el 19 de agosto de 2008. Sucedió a Elmar Mäder quien sirvió como Comandante de la Guardia Suiza desde 2002. Es el treinta y cuatro Comandante de la Pontificia Guardia Suiza.
Bandera actual de la Guardia Suiza |
El cuadrante superior izquierdo cuyo fondo es rojo
tiene las armas del Pontífice reinante, el cuadrado superior derecho consta de
cinco bandas color roja, amarilla, azul, amarilla y roja, que se repiten en el
cuadrante inferior izquierdo, y en el cuadrante inferior derecho, también sobre
un fondo rojo las armas del Papa Julio II. La bandera tiene una dimensión de
2,2 x 2,2 metros
El uniforme de la Guardia Suiza
En la foto se puede apreciar la coraza del comandante |
El actual
uniforme fue diseñado en 1905 por el Comandante de la Guardia Jules Répond
(1910-1921) a partir del modelo que se atribuye a Miguel Ángel, por lo que es
considerada una de las vestimentas militares más antiguas del mundo, es mucho
más vistoso, más alegre y más brillante que el del siglo XIX: el yelmo, ornado
con una pluma roja; los guantes blancos y la coraza, que aún tiene una reminiscencia
medieval.
Los guardas suizos no usan botas, sino medias sujetas a la altura de la rodilla por una liga dorada. |
Todo esto
recuerda el esplendor de las antiguas cortes, la alegría y la dulzura del vivir
que eran inherentes al Antiguo Régimen. ¿Cuál es la alegría que expresa este
uniforme?; es la alegría de ser soldado, de combatir y de estar al servicio del
Papa. Aunque también el color rojo simboliza la sangre derramada en defensa del
Papado.
Servicios que presta la Guardia
Suiza
El cuerpo
castrense de la Guardia Suiza cumple, principalmente, un servicio de vigilancia
y seguridad del Palacio Apostólico, velando por el orden y la seguridad del
Pontífice y de su residencia. Además de ello, la guardia realiza una importante
misión protocolar al oficiar paradas de honor cuando soberanos y embajadores
visitan oficialmente al Pontífice y el Vaticano.
Organización de la Guardia Suiza
Está
compuesta por ciento diez soldados: cuatro de ellos son oficiales, 23 mandos
intermedios, 70 alabarderos, 2 tamborileros una banda de música y un capellán.
Se les entrena en procedimientos y manejo de armas modernas (como el fusil
suizo SIG 550), aunque también se enseña a manejar la espada y la alabarda.
Dhani Bachmann, un joven indio adoptado por una
familia suiza
|
Los
reclutas deben ser varones suizos de entre 19 y 30 años de edad y de fe
católica. Deben superar los 174 cms de estatura, ser solteros y haber cumplido
una instrucción básica en el Ejército Suizo. La
Guardia Suiza tiene sus cuarteles frente al Palacio Apostólico Pontificio y
todos han prestado el juramento de fidelidad al Pontífice un 6 de mayo.
Enlaces
http://www.vatican.va/roman_curia/swiss_guard/
(sitio oficial del Vaticano dedicado a la Guardia Suiza)
(sitio oficial del Vaticano dedicado a la Guardia Suiza)
http://carlossantostefano.blogspot.com.ar/2014/01/guardia-suiza-historia-de-la-guardia.html
Fuente: Semanario Católico Cristo Hoy
Fuente: Semanario Católico Cristo Hoy
Un sujet original et très bine documenté, un très bel article!
ResponderEliminarSalutations de France...du Louvre, plus précisément...
A bientôt,
Phil.
Merci beaucoup Phil, comme toujours très aimable. Salutations de l'extrême sud... du mon bureau, plus précisément ... Carlos
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