El modelista Marcos Grassi ha tenido la gentileza de autorizarme a publicar acá estas magnificas fotos del caza-bombardero A4Q escala 1/48 realizado a partir de un kit de Hasegawa, un kit de conversión de Aconcagua Models y calcomanías FCM.
Se trata del A4Q 3A 301 que el 23 de mayo de 1982 al mando del Capitán de Corbeta Rodolfo Castro Fox
atacó al H.M.S. Intrepid mientras los otros tres aviones de la escuadrilla atacaban a la, ya
averiada, H.M.S. Antelope.
Acá van las fotos.
Estos son fragmentos del relato del Capitán Castro Fox
La siguiente misión fue el 23 de mayo, y la orden decía “Atacar buques
en Puerto San Carlos, número indeterminado, previo reabastecimiento en vuelo
con KC-130 en posición: = 52° 30’s; = 66° 00’w a 1300 horas. El ataque será
posterior al de Fuerza Aérea Argentina. Objetivo Material Principal Buques y
Secundario Puerto e Instalaciones”.
La meteorología en Río Grande no era buena, existía fuerte viento de
través en la pista y ésta se encontraba mojada por la llovizna leve de los
Nimbus Stratus que cubrían el cielo a 800 metros. El tope de las nubes superaba
los 7500 metros. Para el área de operaciones el pronóstico era bueno y Puerto
Argentino informaba patrullas aéreas de combate enemigas en arco sobre la Isla
Soledad.
Esta vez me acompañarían el Teniente de Navío Marco Benítez, el Capitán
de Corbeta Carlos Zubizarreta y el Teniente de Navío Carlos Oliveira.
Volaba en el 3-A-301 equipado con VFL-Omega y dejé la pista a 1235
horas. Luego de un giro amplio para reunirnos, antes de entrar en nubes, puse
rumbo al punto coordinado sobre el mar para encontrar el avión tanque de la
Fuerza Aérea.
Las misiones del día 21 nos habían demostrado prácticamente la
necesidad de reabastecer combustible, aunque en teoría llegábamos en el límite,
y esto era otra variable más en la planificación de los vuelos.
Comencé el ascenso dentro de nubes con los cuatro aviones muy juntos
para no perdernos de vista y por suerte el navegador funcionaba correctamente.
Luego de cruzar los 7500 metros salimos de la nubosidad.
Una vez sobre la Isla Gran Malvina inicié la navegación rasante sobre
el terreno de un verde brillante por la humedad y desolado, que me llevaría a
la zona de elevaciones del lado este de la misma y frente a Puerto San Carlos
para ocultarnos de los radares tras los cerros de ese sector. Durante esta fase
me comuniqué con el avión de Fuerza Aérea que cumplía la misión de retransmisor
de comunicaciones y le requerí información actualizada sobre los blancos y la
presencia de PAC’s enemigas.
…
…
Recorrer el estrecho me llevaría poco menos de un minuto y antes de
llegar a la boca de la bahía pude ver sobre el norte de la misma con la proa
apuntando al sur, pero sin navegar, un buque grande de tipo logístico que de
inmediato se convirtió en mi blanco por ser más redituable. Nuestra prioridad
eran los Portaaviones, luego los buques logísticos y recién después las
fragatas o destructores.
La calma en el aire había desaparecido, estaba turbulento y no sé si
fue a causa del viento sobre la costa alta o producto del fuego antiaéreo. Con
la mira puesta en el blanco vi salir una especie de luz de bengala desde la
proa del buque que se movía erráticamente hacia mí.
Reconocí que era un misil y caí bruscamente hacia la derecha. Por el
rabillo del ojo tuve la sensación de que algo pasó por mi izquierda y violentamente
caí al rumbo de ataque. La mira estaba pasando la proa del buque y lancé mis
bombas. El avión liberado de la tonelada de explosivos se encabritó y mientras
iniciaba maniobras evasivas, girando a uno y otro lado, al tiempo que me
“pegaba” al agua, escuché las detonaciones de mi salva. Por mi derecha dejaba
un buque de transporte pintado de negro, mientras yo realizaba un amplio giro
hacia el norte para protegerme volando rasante sobre el terreno.
Cuando nuevamente encontré el mar al norte de la Isla Soledad, puse
rumbo hacia el oeste manteniendo mi vuelo rasante a 450 nudos de velocidad…
Aquí podrán encontrar el relato completo:
Bel avion et superbe maquette Carlos! Salutations lointaines...
ResponderEliminarMerci beaucoup, je vais passer vos mots gentils à Marcos. Salutations de l'extrême sud
Eliminar