Las carretas de bueyes de los tiempos
virreinales estaban bien adaptadas al medio en que se movían. Ejes muy fuertes,
de madera imputrescible, y lo suficientemente altos como para que los
pastizales y bajos que debían atravesar no frenaran su marcha. El ancho de esos
ejes nunca era superior al de una yunta de bueyes a la par, por lo que las
bestias abrían huella en el pasto o en el barro, permitiendo que la carga de
arrastre, la carreta en sí, no ofreciera tanta resistencia en el avance. El
techo era de pellejos crudos de vaca, los tientos, sogas y ataduras también, e
incluso el lubricante de los ejes era grasa de vaca.
A fines del siglo XVIII, grandes armatostes
recorrían las precarias vías de comunicación del entonces Virreinato de Río de
la Plata. En su “Ensayo histórico sobre el Tucumán” (1882), Paul Groussac
calculaba que una carreta tucumana, aún la mejor construida, no duraba más de
dos años “en los caminos abominables de Salta a Buenos Aires”. Así, la vida de
cada monumental vehículo no se extendía más allá de “dos viajes de ida y
vuelta”, por regla general. Informa que “una tropa contaba generalmente catorce
carretas, y cargaba hasta dos mil arrobas, término medio. El flete de un ‘viaje
redondo’ (o sea ida y vuelta) importaba unos 5.000 pesos fuertes. El viaje de
Salta a Buenos Aires, en carreta de bueyes, solía durar tres meses, y poco
menos de vuelta. Si a esto se agrega el tiempo de la carga y las incesantes
reparaciones que las carretas demandaban -además de la inconveniencia de salir
del Norte en ciertos meses y en otros de Buenos Aires- se comprenderá que
durase un año el viaje completo, que importaba 900 leguas de ida y vuelta”,
expresa el mismo historiador. Se habilitaban tres mudas de bueyes para toda la
tropa, a saber “cincuenta yuntas de Salta a Tucumán, sesenta y cinco hasta el
Arroyo del Medio, y cuarenta y dos hasta Buenos Aires”.
Las carretas construidas por el alarife de la
SHM don Guillermo Centeno, ya están pintadas y a la espera de los bueyes.
Horacio Falcinelli ya ha modelado algunos. Acá van las fotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario