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viernes, 12 de septiembre de 2014

La primera víctima

Si la historia fuera una película de vaqueros estos serían los villanos del capítulo sobre la Primera Guerra
"Cuando se declara la guerra, la verdad es la primera víctima" 
Arthur Augustus William Harry Ponsonby, 
Primer Barón de Ponsonby Shulbrede
            La campaña periodística de los vencedores hizo creer a los pueblos que Alemania era la única culpable de la Gran Guerra y así lo pusieron las potencias de la Entente en el Artículo 231, comúnmente conocido como "Cláusula de Culpabilidad de la Guerra", que obligaba a Alemania a aceptar la responsabilidad absoluta del inicio de la guerra, para que lo firmaran los alemanes y justificar el expolio. Pero ahondando un poco puede verse que no es posible atribuir a uno de los dos bandos toda la culpabilidad de la guerra, y que la causas son múltiples y de diferente naturaleza pero la principal es un sistema económico-político por entonces más cercano a la Entente que a las potencias Centrales.
Hacia 1914 el Imperio Británico abarcaba aproximadamente, una población de cerca de 393,5 millones de personas y unos 33.500.000 km2. La metrópolis tenía 250.000 Km2 de superficie y 46,5 millones de habitantes. Este Imperio fue el estado más extenso de toda la historia.
Caricatura del Imperio Británico
Francia alcanzó a tener colonias con una superficie de 10.600.000 km2, más de tres veces que las que tuvo Alemania y gobernó sobre 95 millones de personas en la metrópoli y las colonias.
Bélgica obtuvo 2.350.000 km2 en el reparto de África durante el último tercio del siglo XIX. El rey Leopoldo II logró que le fuera concedida la mayor parte de la región del Congo.
A partir de 1884 Alemania, buscó colonias en África, Asia y el Pacífico y pudo llegar a tener un modesto imperio colonial de 2.900.000 km2 y una población de 12.3 millones de personas. La superficie de  Alemania unificada  no superaba los 550.000 km2.
A principios del siglo XX las colonias ya no eran lugares de explotación, sino que constituían mercados para consumir los bienes producidos en la metrópoli, pero con el paso de la producción de bienes de consumo a bienes de producción las colonias se volvieron necesarias para las grandes potencias europeas no solamente como sitios de importación-exportación de capital, sino como lugares donde era posible trasladar partes del sistema capitalista.  Es decir, no eran las diferencias de precios de los productos generados casi con las mismas técnicas industriales en dichos países las que creaban la condición colonial, sino el poder del país que lograba establecer quién y cómo obtenía altas tasas de ganancia fuera de Europa. Inglaterra sería durante mucho tiempo ese país y su crecimiento limitaba las posibilidades  de las otras  potencias que no disponían de un poderío naval y de un imperio colonial equivalente.  
Gran Bretaña contaba con la fuerza naval más poderosa de la época así como de bases estratégicamente distribuidas en todo el  mundo, con lo cual disfrutaba de un poderío más que suficiente para tener bajo su dominio a regiones enteras, forzar alianzas y desde luego para controlar los mercados internacionales. Francia,  para 1914  ya contaba con extensas colonias en África y aunque su flota no era tan poderosa como la inglesa, bajo el manto de la Entente Cordiale, los buques de SM Británica custodiaban sus rutas comerciales con sus colonias. Por eso Alemania buscó desesperadamente disponer de una marina de guerra y trató de tener una salida al Adriático y al Mediterráneo a través de Trieste en Austria, pues sabía que sus posibilidades de encontrase en un pie de igualdad con las otras potencias y en definitiva de sobrevivir, dependía de defender sus territorios coloniales y si era posible incrementarlos.
Según la visión de la historia que se tenga se podrá el acento en los aspectos políticos o en los económicos pero en cualquier caso  puede decirse que, sin infravalorar la influencia de los conductores, las crisis entre las potencias durante el período previo a la guerra no se producían por los caprichos de sus soberanos o por las envidias entre los nietos de la legendaria reina Victoria, se producían  para afirmar los derechos que  les correspondían a Inglaterra, Francia o Alemania sobre una determinada zona  o, desde una visión marxista, para defender un perímetro que generara el mayor volumen de ganancias de acuerdo con políticas expansionistas previamente estructuradas para que el riesgo de ocupación colonial valiera la pena.
Existe coincidencia en reconocer que las causas eficientes del estallido de la Primera Guerra Mundial fueron:
1.     El imperialismo económico
2.     El sistema de alianzas
3.     La acción de la prensa sobre la opinión pública
4.     El nacionalismo
5.     El militarismo
La interacción entre las mismas dio lugar a crisis cada vez más peligrosas, las más conocidas son:
Ferrocarril Berlín -Bagadad
Construcción del ferrocarril Berlín-Bagdad.  La construcción de este ferrocarril fue usada por el gobierno inglés como un elemento más para motivar a su opinión pública en contra de Alemania. Hacia 1901, el gobierno alemán informó del hallazgo de grandes campos petrolíferos alrededor de los ríos Tigris y Éufrates, y en 1902 el Sultán concedió a una empresa alemana la concesión para la construcción de una nueva línea ferroviaria entre Ankara y Bagdad, pero problemas financieros y dificultades a la hora de atravesar la cordillera del Taurus obstaculizaron el avance de esta obra. Rusia, Francia e Inglaterra se sintieron alarmadas pues un ferrocarril que uniera Bagdad con Berlín amenazaba sus intereses. Rusia podría sufrir el aumento del comercio alemán en el Cáucaso y más allá, hasta en Persia (el actual Irán),  Inglaterra, por su parte, sabía que este ferrocarril iba a constituirse en el gran competidor del comercio británico en toda Mesopotamia. Se inició su construcción en 1903 y su objetivo primordial era conectar Berlín con el Golfo Pérsico donde los alemanes planeaban construir un puerto que les diera acceso al Índico. Además con la expansión hacia Egipto se buscaba un acceso hacia las colonias que Alemania poseía en África. Por otra parte el Imperio Otomano deseaba mantener el control sobre Arabia y expandir su influencia hacia el Mar Rojo en Egipto, controlado por Inglaterra. En 1911, los alemanes propusieron una nueva línea que permitiera el comercio con el Norte de Siria y el Norte del Mesopotamia. Esta línea fue vetada por Inglaterra, y en 1914 el gobierno alemán fue obligado a reconocer que esas dos áreas estaban bajo el exclusivo control financiero de los británicos. Los alemanes, que ya se habían gastado una fortuna, tuvieron que admitir la presencia de dos británicos en el consejo de administración del ferrocarril a Bagdad y comprometerse a no extender la línea de ferrocarril más allá de Basora ni a establecer ningún puerto en el Golfo Pérsico sin la aprobación de los ingleses. 
Primera crisis de Marruecos. Con motivo de la visita del Káiser a Marruecos, presentada a la opinión pública  francesa como una actitud desafiante de Alemania, Francia, bajo el amparo de la Entente Cordial, tomó una actitud diplomáticamente agresiva y movilizó tropas en la frontera, Alemania llamó a las reservas pero al mismo tiempo solicitó una reunión de las potencias con intereses en el norte de África para aflojar la tensión que iba creciendo peligrosamente. La petición fue asumida por el resto de países y en 1906 se convocó la Conferencia de Algeciras para abordar el asunto de Marruecos, pero la potencia más favorecida resultó ser Francia, pues se reafirmaron sus derechos políticos en la zona, y si bien se alcanzaron acuerdos económicos entre empresas alemanas y francesas para explotar las minas marroquíes se incrementó el potencial de la "Banque du Maroc", que era de capital mayoritario francés. Tras el incidente, Francia y el Reino Unido abrieron conversaciones sobre una alianza militar y Francia consiguió el acercamiento entre Rusia y el Reino Unido.  En consecuencia, la Entente Cordial, tan sólo dos años después del incidente se transformó, por la unión de Rusia, en un sistema de alianza militar y de esta forma una reunión diplomática solicitada por Alemania buscando desandar el camino del enfrentamiento, incrementó la bipolarización de Europa y, por tanto, la tensión internacional.
Caricatura de la campaña de desprestigio hacia Alemania
Segunda crisis de Marruecos. En la Conferencia de Algeciras se había reconocido que  Alemania tenía derecho de accionar diplomáticamente si Francia penetraba militarmente en el interior de Marruecos, fuera de las zonas costeras donde ésta ejercía su "mandato policial" y eso fue lo que sucedió en 1911. En una de las frecuentes revueltas contra el sultán quedaron bloqueados y amenazados los europeos establecidos en Fez,  Francia envió a su ejército para liberados, lo cual no hubiera producido un incidente en Europa, pero no se detuvo allí y emprendió una amplia campaña militar que dio como resultado la ocupación de las ciudades más importantes. Era evidente que los acuerdos de 1906 habían sido violados y de ello se hizo amplio eco la prensa internacional. Alemania entonces envió un buque de guerra, el S.M.S. Panther, al puerto marroquí de Agadir para proteger a sus ciudadanos, tal como Francia había enviado a sus tropas, pero este país lo consideró una provocación inaceptable. Alemania entonces le propuso a Francia que, a cambio del reconocimiento de plena libertad de movimientos en Marruecos, le cediera territorios en el Congo. La negativa del gobierno francés fue tajante pues se encontraba más presionado por su opinión pública que el alemán, sobre todo al conocerse que el Reino Unido estaba dispuesto a apoyar militarmente a Francia. Pero, a pesar de las propias presiones internas y la actitud beligerante de Francia e Inglaterra, el gobierno alemán no cedió a la tentación belicista, y nuevamente optó por las negociaciones diplomáticas, aceptando abrir conversaciones con Francia, las cuales concluyeron con un acuerdo que le reconocía a Francia plena libertad de movimientos en Marruecos y a cambio Alemania obtenía las colonias de Camerún y Togo.
S.M.S. Panther
La primera guerra balcánica. Tuvo lugar en 1912 y se enfrentaron Serbia, Bulgaria, Grecia y Montenegro (secundados por Rusia) contra Turquía y Austria. Derrotada Turquía hubo de retirarse de la zona y ceder a Bulgaria una salida al mar Egeo.
La segunda guerra balcánica. En 1913 los países que fueron aliados en la primera guerra balcánica se enfrentaron entre sí. Bulgaria atacó a Serbia, a Grecia y a Montenegro con el objetivo de anexionarse los territorios arrancados a Turquía. Montenegro, junto a Rumanía se unió a Serbia y a Grecia. Bulgaria fue derrotada y los territorios en disputa pasaron a Serbia. A partir de entonces el objetivo de Serbia fue alcanzar el rango de gran potencia de la zona (Gran Serbia), aspiración que se vio frustrada por los tratados de Londres y Bucarest  firmados en 1913 y que reconocieron a Albania como nuevo estado. Austria-Hungría, por su parte, entorpeció todo lo que pudo los planes de Serbia para constituirse como estado importante de la región. También hubo roces entre Grecia y Albania originadas por las aspiraciones de los griegos en el Epiro que había quedado bajo el dominio de Albania.
Estos ejemplos muestran  como  fue creciendo un enmarañado tejido de intereses políticos y económicos que condujo inevitablemente al enfrentamiento, independientemente de la voluntad de los actores políticos que no podían controlar sino parcialmente las complejas interacciones entre las potencias, hasta que en Serbia se produciría la crisis final: el magnicidio de Sarajevo.
Existe todavía un amplio debate historiográfico cuyas posiciones extremas las representan el notable historiador y “enfant terible” Harry Elmer Barnes (1889-1968), cuya obra La génesis de la Guerra Mundial (1925), culpaba a Serbia, Francia y Rusia del conflicto por una parte y el historiador marxista germano Fritz Fischer (1908-1999) con su obra Hacia el poder Mundial. Los objetivos de guerra de la Alemania Imperial (1914-1918)  en la que afirma de forma explicita, que Alemania era la culpable del conflicto,  por la otra. Actualmente prevalece la postura de australiano Christopher Clark con su obra Sonámbulos (2014) en la que se da una primacía completa al ámbito político y a las élites gubernamentales, por encima de los soberanos, y sostiene que es imposible culpar a Alemania del conflicto.
 
La Gran Guerra y su costos en términos monetarios
En la Gran Guerra nació el mundo en el que hoy vivimos, por entonces apareció una novedad oculta tras las banderas al viento y el rugir de los cañones, pero ahora,  luego de un corto período de exacerbación de los nacionalismos en Europa y del segundo round de la Gran Guerra mas sangriento que el primero,  está claramente presente entre nosotros de un modo tan cotidiano que ya nos parece normal: la desaparición del poder de los estados nacionales para quedar en manos del poder financiero sin rostro, ni sede, ni bandera.  
Ametralladora Maxim  mod. 1884 y su ingenioso inventor
Un  ejemplo particularmente llamativo al respecto, lo ofrece la famosa ametralladora Maxim,cuyo inventor Sir Hiram Stevens Maxim fue un norteamericano que adoptó la nacionalidad británica lo cual no le impidió vender las patentes del arma a los alemanes quienes las fabricaron por miles, como también lo había hecho con los británicos y con los rusos y con los norteamericanos, demostrando claramente que para un buen capitalista “pecunia non olet”.
              La concentración de la propiedad de los medios de producción en manos privadas y la apropiación privada del producto hace que este mayor dominio del hombre sobre la naturaleza se transforme en el dominio de unos pocos sobre el resto de la sociedad. Paradójicamente al gran adelanto técnico se contrapone, a la vez que aparece con él, la miseria humana: mientras el hombre crea el conjunto de bienes materiales que lo capacitarían para un mayor dominio de la naturaleza y abren la posibilidad de satisfacer plenamente sus necesidades, la base del sistema (la propiedad privada) circunscribe el control a quienes poseen los medios de producción y condena al resto de la humanidad a la esclavitud asalariada (la libertad de quienes sólo tienen su persona para vender). El cuadro idílico de la sociedad de la competencia, con todos los hombres iguales, desapareció y pueblos enteros se vieron empujados a la lucha. La guerra de los monopolios se transformó en la guerra entre las naciones.

Tropas africanas. Los ingleses y franceses no tuvieron escrúpulos en llevar a Europa tropas de sus colonias para pelear una guerra que les era totalmente ajena
Así los poderes financieros destruyeron los Imperios y se crearon nuevos estados sin tener en cuenta afinidades nacionales, históricas, culturales ni lingüísticas y misteriosamente, al menos para mí,  los mismos poderes en plena guerra contribuyeron financieramente a derribar desde adentro al Imperio Ruso, naciendo el primer estado comunista de la historia, pero con el correr de los años también se desmoronó y se consolidaron las condiciones para que en toda Europa triunfara un sistema político que ha permitido el desarrollo pleno del capitalismo.
  
Si lo que nos proponemos es que, por lo menos durante una generación Alemania no pueda adquirir siquiera una mediana prosperidad; si creemos que todos nuestros recientes aliados son ángeles puros y todos nuestros recientes enemigos, alemanes, austriacos, húngaros y los demás son hijos del demonio; si deseamos que, año tras año, Alemania sea empobrecida y sus hijos se mueran de hambre y enfermen, y que esté rodeada de enemigos (...) Si tal modo de estimar a las naciones y las relaciones de unas con otras fuera adoptado por las democracias de la Europa occidental, entonces, ¡que el Cielo nos salve a todos¡ Si nosotros aspiramos deliberadamente al empobrecimiento de la Europa central, la venganza, no dudo en predecirlo, no tardará.
                                                                  J. M. Keynes. Las consecuencias económicas de la paz. 1919
Desde el punto de vista de la justicia burguesa y de la libertad nacional (o del derecho de las naciones a la existencia), Alemania tendría sin duda alguna razón contra Inglaterra y Francia, ya que ha sido "defraudada" en el reparto de las colonias, y sus enemigos oprimen a muchísimas más naciones que ella.
                                                                 V. I. Lenin, Tres artículos  sobre la guerra y la paz. 1915
Admitamos que todos los Estados que tienen interés en respetar los tratados internacionales hubieran declarado la guerra a Alemania para exigir que este país evacuase a Bélgica y le pagara una indemnización. En este caso, la simpatía de los socialistas estaría, como es natural, del lado de los enemigos de Alemania. Ahora bien, la cuestión estriba precisamente en que la "Triple (y Cuádruple) Entente" no hace la guerra por Bélgica. Esto lo sabe muy bien todo el mundo, y solo los hipócritas lo disimulan. Inglaterra saquea las colonias de Alemania y Turquía; Rusia hace lo propio con Galitzia y Turquía; Francia procura conseguir la Alsacia-Lorena e incluso la orilla izquierda del Rin; con Italia se ha firmado un tratado para repartir el botín (Albania y el Asia menor), y con Bulgaria y Rumania se regatea también por el reparto del botín.
                                                                V. I. Lenin, Tres artículos  sobre la guerra y la paz. 1915
Si se analizan los hechos queda claro que el emperador alemán no quiso ir a la guerra de forma incondicional. Se echó atrás por lo menos en dos ocasiones e intentó frenar la maquinaria bélica ya puesta en marcha. La primera ocasión llegó cuando el reino de Serbia reaccionó aceptando la mayoría de las demandas del draconiano ultimátum que le impuso el imperio austrohúngaro después de que fuese asesinado el 28 de junio de 1914 en Sarajevo el archiduque Francisco Fernando, heredero del trono del imperio. Guillermo se mostró entonces aliviado y afirmó que de esta forma desaparecía "toda razón para la guerra".
Guillermo emprendió otro intento de impedir la catástrofe en el último minuto.  El 1º de agosto mandó parar las tropas poco antes de la frontera con Luxemburgo pese a las airadas protestas del jefe del Estado mayor Helmuth von Moltke, alentado por noticias de que Londres no intervendría. Cuando la información resultó ser falsa, el emperador germano cedió a la presión de sus militares. "Ahora puede hacer lo que quiera", dijo a Moltke.
                                                                      Christopher Clark   “Sonámbulos

Bibligrafía
  • Harry Elmer Barnes,  La génesis de la Guerra Mundial (1925),
  • Sidney Bradshaw Fay , Los orígenes de la Guerra Mundial (1928),
  • Hermann Kantorowicz , Opinión sobre las responsabilidades de la guerra de 1914
  • Pierre Renouvin, Los orígenes inmediatos de la guerra (1925)
  • Bernadotte Everly Schmitt, La llegada de la guerra del 1914 (1930)
  • Luigi Albertini, Los orígenes de la guerra de 1914
  • Alan John Percivale Taylor El curso de la historia alemana (1945) y  La lucha por el dominio de Europa 1848-1918 (1957)
  • Fritz Fischer , Hacia el poder Mundial. Los objetivos de guerra de la Alemania Imperial (1914-1918) y La guerra de las ilusiones
  • Wolfgang Mommsen  artículos “El debate sobre los objetivos de guerra alemanes” (1966) y  “La crisis latente del Imperio Alemán (1909-1914)” 
  • Jacques Droz, Las causas de la Primera Guerra Mundial (1972)
  • Niall Ferguson , La Flota de lujo, La Marina Imperial Alemana (1888-1918) (1980)  y La compasión de la guerra” (1998),
  • Annika Mombauer, “Helmuth von Moltke y los orígenes de la Primera Guerra Mundial (2001)
  • Hans-Ulrich WehlerEl Imperio Alemán 1871-1918 (1985),
  • Paul Kennedy,  El ascenso del antagonismo anglo-germano (1860-1914) 
  • Christopher Clark, Sonámbulos (2014).

4 comentarios:

  1. Très bon choix de caricatures, elles apportent toujours beaucoup à la compréhension de l'Histoire je trouve...

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    1. Merci Phil pour continuer à visiter ce blog. Je suppose que le thème de la Grande Guerre devrait être particulièrement sensible à un Français qui avait des ancêtres qui se sont battus en elle. J'ai décidé d'écrire cet article parce que j'ai eu un différend avec une personne de langue espagnole qui, d'une manière presque enfantine, il a attribué l'entière responsabilité de la guerre à l'Allemagne et je voulais montrer qu'il y avait d'autres opinions, jusqu'à les historiens du côté des vainqueurs. Il est bien que je ne suis pas une personne appris à ce sujet, et bien que ma femme est ancêtres français, je n'ai pas d'histoire de famille m'a entraînant avec cette terrible guerre, et je m'en excuse si vous pensiez présomptueux de ma part. Cordialement, Carlos

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    2. C'est toujours un plaisir de flâner de ce côté Carlos, malgré la barrière de la langue...à ce propos encore merci d'écrire et de répondre en français, je ne savais pas que votre femme avait des racines françaises, salutations à elle...et à vous aussi bien sûr!

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    3. La mère de ma femme est descendue du français. Le nom du père est Themines et le nom de sa mère est Durand. Elle est née dans une colonie française au sud de la province de Buenos Aires, dans la ville de Pihué. Dans Pihué tous les résidents sont d'origine française. Les 200 premiers colons sont arrivés en 1884 de Aurelle Verlac et Saint-Geniez d'Olt. Salutations, Carlos

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