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miércoles, 4 de julio de 2012

Invasiones inglesas- La defensa de Buenos Aires



Jacques Antoine Marie de Liniers y Bremond

El 4 de julio de 1807 las tropas inglesas al mando del Grl. John Whitelocke pusieron sitio a Buenos Aires. El general inglés estaba acompañado por un "amigo" el yanqui Pio White quien tres años mas  tarde colaboraría  con  los criollos de forma "desinteresada" .

Mapa de la Segunda Invasión- tomado del libro de Carlos Roberts.

Durante la noche del 4 al 5 de julio toda la ciudad se preparó para la defensa y por la mañana del 5 comenzó la marcha inglesa hasta el camino de las Tunas (hoy avenidas Callao y Entre Ríos) donde se organizaron las columnas. Tronaron los cañones, a las 6 y media, señal a amigos y enemigos que comenzaba el duelo.
Plano de las lineas de defensa-Tomado de Revista Militar Nº763  junio-octubre 2007

Metralla, fusilería, y ferocidad del lado criollo; bayoneta y experiencia del lado ingles. Las columnas tuvieron diferentes dificultades. Una se desvió para reforzar la toma del Retiro, otras apenas pudieron avanzar. Algunos tomaron casas pero por los fondos los Húsares los apresaron y enviaron al fuerte. Las columnas que llegaron a las barrancas tuvieron fuego permanente desde las casas y por los regimientos que cabalgaban por las costas.
Algunos documentos de los jefes ingleses mencionan que, como en el bajo las casas eran pulperías y los oficiales para impedir que los soldados se emborracharan rompieron todas las botellas y barricas a sablazos y culatazos.
La mayoría de estas columnas se fueron rindiendo hacia el medio día. Las columnas al sur de la plaza comandadas por Craufurd y Pack son las que libraron las más cruentas batallas ya que tenían mal copiadas las órdenes de Whitelocke y se fijaron como objetivo tomar algunas iglesias para desde la altura dominar la plaza. Esos eran justamente los lugares más defendidos por lo que las pérdidas de ambas partes fueron muchas y notables los esfuerzos por mantener posiciones.
Por otro lado cada vez que una columna inglesa caía los vecinos y soldados españoles se corrían a las calles siguientes para reforzar a sus compañeros.
Pasada las doce Liniers pidió la rendición de estas columnas a Craufurd pero este se negó por lo que se decidió bombardear la iglesia de Santo Domingo donde se había atrincherado.
El inglés se rindió pasadas las tres de la tarde y al entrar al fuerte junto a unos 50 oficiales y 600 soldados Liniers lo recibió con honores por su valiente actuación.

Espero que muy pronto podamos recordar estas jornadas en la mesa de wargame.

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