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miércoles, 7 de mayo de 2014

La Pontificia Guardia Suiza


El pasado martes 6 de mayo los nuevos treinta soldados de la Guardia Suiza del Vaticano juraron en una ceremonia en el patio del Palacio Apostólico. El capellán de la Guardia Suiza, Alan Guy Raemy, leyó en primer lugar la fórmula del juramento al papa Francisco, por la que prometen dedicarse al pontífice: "con todas mis fuerzas, sacrificando incluso, si es necesario, mi propia vida para defenderlo".

El juramento se realizó en el patio San Dámaso del Palacio Apostólico en conmemoración de la heroica muerte de 147 guardias suizos caídos defendiendo al papa Clemente VII en el Saqueo de Roma el 6 de mayo de 1527.
Historia de la Guardia Pontificia
El inicio de la modernidad, marcado por el resurgimiento de la cultura clásica greco-latina, la ruptura de la moral con el derecho y la política que desencadenó el proceso de reforma religiosa y el surgimiento del estado-nación, marcó el rol temporal del pontificado.
La convulsión europea caló muy hondo en la Ciudad Eterna, que terminó por amoldarse al fenómeno cultural del renacimiento –que, con su paganismo, atacaba al orden creado por la misma Iglesia durante la Edad Media- y la generación, definida, del absolutismo monárquico en cabeza del Papado, y por lo tanto la consolidación del Estado-Nación de la Iglesia.
Esta circunstancia llevó a que la Iglesia de Roma se transformara en uno de los actores políticos con mayor poder durante finales el siglo XV y comienzos del XVI y, por lo tanto generara recelo entre el resto de los monarcas europeos. Los papas, rivalizaban, así, con Francia, España, Inglaterra, Venecia, etc y para mantener su preponderancia tuvieron que valerse de disciplinados ejércitos formados, principalmente, por mercenarios.
Julio II
Justamente, en este marco fue el Papa Julio II, llamado de nacimiento Juliano della Rovere, el pontífice más renacentista y absolutista de todos. Hecho de la Sede del Apóstol a la muerte de Pío III (1503), marco como objetivo de su pontificado devolver la independencia al papado.
Supo consolidar de manera bastante definitiva el poder temporal de la Santa Sede al controlar a los señores feudales que de continuo desobedecían la autoridad soberana del Pontífice y expulsó de su ámbito de poder a César Borgia. Julio II sometió a la ciudad de Bolonia. La resistencia de Venecia a entregar las ciudades pontificias anteriormente tomadas motivó la formación de la Liga de Cambrai -en la que participaban los franceses-. Los aliados derrotaron a los venecianos en Agnadello. Las ciudades de Perusa y Ravena pasaban a la órbita pontificia al tiempo que las posesiones milanesas de Parma y Piacenza eran anexionadas. Temeroso del creciente poderío francés, el pontífice concertó de manera separada una paz con Venecia y decidió atacar a sus antiguos aliados, los franceses, provocando la reacción de éstos, que tomaron Bolonia. En el último año de su existencia, Julio II gozó de un amplio reconocimiento en Italia al aparecer como abanderado de la lucha contra los extranjeros, ya que tras las primeras victorias, los franceses tuvieron que retirarse de la península y el Papado recuperó sus antiguos territorios. La independencia pontificia estaba asegurada. La labor de mecenazgo de Julio II no se limita a Miguel Angel ya que ayudó a otros artistas como Bramante o Rafael, siendo el impulsor de la construcción de la Basílica de San Pedro que hoy podemos admirar y el promotor de la creación del Museo Vaticano. Como jefe espiritual Julio II resultó un total fracaso mientras que como soberano temporal y protector de las artes se muestra como un gran triunfador. 

Clemente VII
Lo sucedió en el Pontificado Clemente VII, que continuó con la política de su antecesor hasta que el Emperador Carlos V de Alemania (I de España) impuso su modo de ver respecto del rol de la Iglesia y comenzó a decrecer el poder temporal del Papado.
Creación de la  Guardia Suiza Pontificia
Algunos autores han interpretado que el origen de la célebre Guardia Suiza se produjo cuando el Papa Sixto IV (1471-1484) con ocasión de un tratado de alianza que había celebrado con algunos cantones suizos en 1478, dato que no ha sido comprobado. Pero sin lugar a dudas fue Julio II, el que, para cumplir su programa de gobierno, encomendó al cardenal Mateo Schinner que solicitara a los cantones suizos de Lucerna y Zurich, el envió de soldados helvéticos que por aquella época gozaban de la fama de valerosos y experimentados guerreros. Durante los días 24 y 25 de septiembre de 1505 los señores nobles pusieron a disposición de Julio II (1503-1523) y del Pontificado los soldados cristianos más destacados de sus ejércitos con el objeto de defender y proteger a los Vicarios de Cristo. El contingente llegó a Roma el día 21 de enero de 1506 y el día 22 se creaba el cuerpo de la Guardia Pontificia compuesto por ciento cincuenta valerosos suizos al mando del capitán Gaspar von Silenen. Instalados en Roma, la tradición indica que el Papa solicitó a Miguel Angel el diseño del vistoso uniforme que –con algunas modificaciones- utilizan hasta el día de hoy. Durante el conflicto político entre Carlos V de Alemania y Francisco I de Francia por quién el Papa Clemente VII (1523-1534) tenía preferencias, se produjo un gran enfrentamiento bélico que concluyó con el “Saqueo de Roma”. El día 6 de mayo de 1527, el ejército Imperial de Carlos V, del que formaban parte unos dieciocho mil lansquenetes, muchos de ellos luteranos, toman al asalto Roma y durante semanas sometieron a saqueo la Ciudad Eterna. El terrible episodio, que se inscribe en la segunda guerra entre el emperador Carlos V y el rey francés Francisco I, marcó el fin del papado renacentista en Italia. El Pontífice Clemente VII salvó su vida al refugiarse en el castillo Sant´Angelo, pero 147 de sus guardias suizos perecieron en su defensa, mostrando al mundo el valor y la fidelidad de los suizos para con el Papa. 
Batalla de Lepanto, gran victoria de la Cristiandad,
donde combatió una compañía de la Pontificia Guardia Suiza
Pablo III (1536-1549) volvió a formarla en 1548 con 225 hombres, uno de cuyos destacamentos fue enviado por San Pío V (1566-1572) a combatir contra los turcos en Lepanto, donde consiguieron arrebatar dos banderas enemigas. Disuelta por Pío VI (1775-1799) antes de partir al exilio en 1798 y forzado a ello por Napoleón Bonaparte, Pio VII volvió a formarla en 1801 pero con un total de sólo 64 soldados. León XII (1823-1829) lo aumentó a 200 en 1824 y siguió cumpliendo la misión originaria de la defensa del Papa. El año de 1848 fue un hito en la historia del cuerpo pontificio, ya que en aquella fecha se produjo una revolución que prendía tomar el Quirinal, actuando decididamente el ejército con el objeto de defender aquél Palacio. El 20 de septiembre de 1870, cuando las tropas italianas invadían la Ciudad Eterna, la Guardia Suiza se reconcentró en el Vaticano dispuesta a su defensa. La última reorganización de la Guardia Suiza la hizo S.S. Juan Pablo II el 5 de abril de 1979.

El fundamento de la existencia de los cuerpos militares Papales. 

Luego de la autorización conferida por Constantino permitiendo el cristianismo en el Imperio la Iglesia de Roma, y su Obispo, el Papa, recibieron de paganos convertidos a la religión de Cristo y de devotísimos cristianos un sin número de donaciones inmobiliarias en las cercanía de la Urbe. Ello dio lugar al nacimiento de lo que se denomina los “Estados Pontificios” o “Estados de la Iglesia”. Esta unidad política estuvo formada por un conglomerado de territorios centroitalianos que se mantuvieron como un Estado independiente entre los años 750 a 1870 bajo la directa autoridad civil de los Papas y cuya capital fue la Ciudad Eterna de Roma.
Por ello, el Pontífice además de ser la máxima autoridad religiosa de la Iglesia, desempeñó, simultáneamente la máxima magistratura temporal con el fin de proveer al buen gobierno de su feudo. Esta realidad implicaba la existencia de instituciones políticas que convivían armónicamente debido a las dos potestades que ejercían los pontífices, aunque no pocas veces la función espiritual fue descuidada en beneficio de la política. Esto fue, justamente, lo que llevó a Julio II a mejorar las fuerzas armadas pontificias y a contratar a la Guardia Suiza como cuerpo de elite dedicado a su custodia personal.
La realidad política de la Iglesia, accidental pero necesaria para la independencia espiritual del papado, permitió y justificó la toma de tal medida. En efecto, todo principado temporal formó su ejército y lo alistó para la defensa, y así lo hizo la Iglesia que no era ajena a los intereses políticos internacionales, por lo menos hasta el 20 de septiembre de 1870, fecha en que Víctor Manuel de Savoia tomó Roma y concluyó, luego de años de luchar militarmente con el Papado con la existencia del “Stato de la Chiesa” como Estado soberano internacional.
Esta situación desencadenó en una aguda crisis internacional (llamada Cuestión Romana) que sólo pudo solucionarse en 1929, cuando se firmó el Tratado-Concordato de Letrán entre la Santa Sede Apostólica y el Reino de Italia momento en el cual se creó el Estado de la Ciudad del Vaticano como unidad política soberana de la Iglesia.
Desde aquél momento el Pontificado recobró su potestad política y su plena soberanía temporal (que no la perdió totalmente durante el período 1870-1929). La Iglesia nuevamente tenía una realidad instrumental (el Estado del Vaticano) que le aseguraba la plena independencia de toda injerencia política internacional, como por ejemplo de Italia, o de Alemania durante la II Guerra Mundial, o de la ocupación norteamericana de Italia.
Es, por lo tanto, la realidad de la existencia de un Estado, y la figura de un soberano (el Papa) la que justifican la creación y el mantenimiento de un cuerpo militar destinado a defensa del Pontífice y de su Estado.

Bandera de la Guardia Suiza
Bandera de la Guardia Suiza 
Diseño básico
La bandera que identifica a la Guardia Suiza consta de cuatro campos divididos por una cruz latina en color blanco en cuyo centro se estampa el escudo de armas del capitán de la Guardia.  Daniel Rudolf Anrig es el actual Comandante de la Pontificia Guardia Suiza desde su nombramiento por el Papa Benedicto XVI el 19 de agosto de 2008. Sucedió a Elmar Mäder quien sirvió como Comandante de la Guardia Suiza desde 2002. Es el treinta y cuatro Comandante de la Pontificia Guardia Suiza.
Bandera actual de la Guardia Suiza
El cuadrante superior izquierdo cuyo fondo es rojo tiene las armas del Pontífice reinante, el cuadrado superior derecho consta de cinco bandas color roja, amarilla, azul, amarilla y roja, que se repiten en el cuadrante inferior izquierdo, y en el cuadrante inferior derecho, también sobre un fondo rojo las armas del Papa Julio II. La bandera tiene una dimensión de 2,2 x 2,2 metros
El uniforme de la Guardia Suiza
En la foto se puede apreciar la coraza del comandante
El actual uniforme fue diseñado en 1905 por el Comandante de la Guardia Jules Répond (1910-1921) a partir del modelo que se atribuye a Miguel Ángel, por lo que es considerada una de las vestimentas militares más antiguas del mundo, es mucho más vistoso, más alegre y más brillante que el del siglo XIX: el yelmo, ornado con una pluma roja; los guantes blancos y la coraza, que aún tiene una reminiscencia medieval.
Los guardas suizos no usan botas,
sino medias sujetas a la altura
de la rodilla por una liga dorada.
Todo esto recuerda el esplendor de las antiguas cortes, la alegría y la dulzura del vivir que eran inherentes al Antiguo Régimen. ¿Cuál es la alegría que expresa este uniforme?; es la alegría de ser soldado, de combatir y de estar al servicio del Papa. Aunque también el color rojo simboliza la sangre derramada en defensa del Papado.
Servicios que presta la Guardia Suiza
El cuerpo castrense de la Guardia Suiza cumple, principalmente, un servicio de vigilancia y seguridad del Palacio Apostólico, velando por el orden y la seguridad del Pontífice y de su residencia. Además de ello, la guardia realiza una importante misión protocolar al oficiar paradas de honor cuando soberanos y embajadores visitan oficialmente al Pontífice y el Vaticano.
Organización de la Guardia Suiza
Está compuesta por ciento diez soldados: cuatro de ellos son oficiales, 23 mandos intermedios, 70 alabarderos, 2 tamborileros una banda de música y un capellán. Se les entrena en procedimientos y manejo de armas modernas (como el fusil suizo SIG 550), aunque también se enseña a manejar la espada y la alabarda.
Dhani Bachmann, un joven indio adoptado por una familia suiza
Los reclutas deben ser varones suizos de entre 19 y 30 años de edad y de fe católica. Deben superar los 174 cms de estatura, ser solteros y haber cumplido una instrucción básica en el Ejército Suizo. La Guardia Suiza tiene sus cuarteles frente al Palacio Apostólico Pontificio y todos han prestado el juramento de fidelidad al Pontífice un 6 de mayo.
Enlaces
http://www.vatican.va/roman_curia/swiss_guard/
(sitio oficial del Vaticano dedicado a la Guardia Suiza)

2 comentarios:

  1. Un sujet original et très bine documenté, un très bel article!
    Salutations de France...du Louvre, plus précisément...
    A bientôt,
    Phil.

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    1. Merci beaucoup Phil, comme toujours très aimable. Salutations de l'extrême sud... du mon bureau, plus précisément ... Carlos

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