Batalla de Maipú- 5 de abril de 1818-

La Batalla de Maipú  tuvo lugar el 5 de abril de 1818. Se enfrentaron las fuerzas patriotas del Ejército Unido Argentino-Chileno, al mando del capitán general José de San Martín, contra el Ejército Real de Chile bajo las órdenes del general Mariano Osorio.

Quince días después de la sorpresa nocturna de Cancha Rayada, el Grl.San Martín ya había reorganizado sus fuerzas  tomando como núcleo la columna comandada por el coronel Las Heras que permaneció intacta  y se retiró en orden esa noche fatídica, salvando así la causa de la libertad americana.

Ambos ejércitos se encontraron en los llanos del río Maipú,  a 10 km al sur de Santiago de Chile, allí San Martín desplegó al Ejército Unido en una posición elevada conocida como la loma Blanca, y esperó el ataque del ejército español, el cual se colocó sobre el flanco de la posición  patriota en una loma triangular.

A las diez de la mañana el Ejército Unido rompió una marcha de flanco hasta enfrentar la posición enemiga. Permanecieron ambos bando expectantes hasta que, poco antes del mediodía, la artillería pesada de Manuel Blanco Encalada abrió fuego sin que los realistas realizaran movimiento alguno. San Martín decidió entonces iniciar el ataque.

El movimiento se inició por la derecha patriota para desalojar a la izquierda enemiga y amenazar su centro. Las Heras avanzó gallardamente sin disparar un tiro a la cabeza del Batallón Nº 11 de los Andes sostenido por los otros dos batallones que formaban su brigada. Los Granaderos a Caballo se lanzaron al llano amenazando el mamelón  mientras la artillería de Encalada apoyaba el ataque desde sus posiciones elevadas. La caballería española que salió a enfrentar a la infantería resultó derrotada por los Granaderos a Caballo y abandonó el campo. El ala izquierda realista quedaba así aislada y su centro amenazado.
Ordoñez, el mas bravo y capaz de los jefes españoles, decidió atacar con sus cuatro gruesos batallones  que levantaban mas de 3.500 bayonetas. Ante el peso de la fuerza enemiga el ataque patriota sobre el centro quedó desarticulado y la victoria parecía inclinarse a favor de los realistas. La infantería española avanzó audazmente sobre el llano persiguiendo a los derrotados pero en ese momento la artillería ligera de Borgoño, que se había desplazado siguiendo ordenes del General San Martín, tomó a los batallones españoles de flanco con un vivísimo fuego de metralla que los hizo vacilar. La batalla rasultaba indecisa y en ese momento se oyó el toque de avance general de la reserva que, en un perfecto orden, inicia una marcha oblicua sobre la línea enemiga. Esa fue la maniobra genial que definió la victoria.

En el flanco izquierdo, la infantería de Las Heras a la vista del avance de la reserva se reorganiza y se lanza nuevamente al ataque. Las Heras y sus hombres junto con los Granaderos a Caballo — legendaria unidad creada por San Martín — avanzaron sobre la posición española en el mamelón, cuyos defensores se replegaron al ver que podían quedar definitivamente aislados de su ejército.

San Martín ordenó entonces a los Cazadores de los Andes y a los Lanceros de Chile cargar sobre la caballería enemiga del flanco derecho, orden que Freire cumplió gloriosamente quedando los españoles sin ninguna caballería en el campo.
Los batallones de la reserva treparon las alturas y se enfrentaron al Burgos que hizo flamear su bandera laureada en Bailén, mientras sus soldados gritan "¡Aquí está el Burgos!¡Dieciocho batallas ganadas, ninguna perdida! " . 

Ante la amenaza de los jinetes de Freyre, todos los batallones realistas formaron en cuadro para resistir a la caballería y así los Cazadores a Caballo pudieron ser rechazados pero,  al formar en cuadro, se convirtieron en un blanco más fácil para los fusiles de los infantes enemigos y comenzaron a sufrir muchas bajas por la fusilería.
A continuación el Batallón Nº 1 de Chile cargó y fue rechazado, luego lo hizo el batallón  Nº 7 de los Andes y también fue rechazado. Los cuadros españoles, llenos de muertos y heridos, mantuvieron la cohesión pero comenzaron lentamente a retirarse hacia el caserío de Lo Espejo dirigidos por el general Ordóñez . Durante el movimiento fueron atacados continuamente y dejaron un reguero de muertos a lo largo de su trayecto, pero no rompieron las filas y mantuvieron el orden.

La artillería se acercaba, y a corta distancia abrió fuego con metralla, pero aún así no rompieron su formación y , hostigados por todas partes, siguieron retirándose ordenadamente. San Martín diría posteriormente: "Con dificultad se ha visto un ataque más bravo, más rápido y más sostenido, y jamás se vio una resistencia más vigorosa, más firme y más tenaz".

Los granaderos de Primo de Rivera, se retiraron desde el mamelón también hacia el caserío de Lo Espejo, lo hicieron formados en cuadro y soportaron ocho cargas del enemigo, perdieron un tercio de sus efectivos pero guardaron la formación y alcanzaron el caserío.
Para ese momento el Gral. Bernardo O'Higgins, con mil hombres, llegaba al campo de batalla entre grandes aclamaciones. O´Higgins saluda a San Martín exclamando: "¡Gloria al salvador de Chile!" y San Martín lo abraza desde su caballo diciéndole:"- General, Chile no olvidará jamás su sacrificio presentándose en el campo de batalla con su gloriosa herida abierta." sellando con ese gesto la amistad argentino-chilena.

Pero la batalla no había terminado aún, los españoles se apostaron en el caserío y desplegaron sus cañones en el callejón que conducía a Lo Espejo. Las Heras organiza los batallones a medida que van arribando y se planifica prudentemente el asalto luego de una preparación de artillería, pero en ese momento llegó el Gral. Balcarce, lleno de ardor, y ordenó al Sargento Mayor (1)  Thompson comandante del batallón de Cazadores de Coquimbo lanzar a sus tropas contra el caserío, creyendo que los fatigados realistas cederían. Sin embargo, las descargas de fusilería y de los dos cañones que les quedaban, les infringieron 250 bajas. Se volvió entonces al bien calculado plan de Las Heras y se ordenó concentrar la artillería de Borgoño y Blanco Encalada, las diecisiete piezas se reunieron en una batería y arrasaron Lo Espejo, los restos de los batallones españoles buscaron refugio en la viña del fondo, se da la orden del asalto final y el batallón Nº 11 de los Andes, sostenido por piquetes del Nº 7 y del Nº 8 de los Andes, carga rompiendo tapias y pasa a la bayoneta a cuantos ofrecen resistencia.
Ordóñez y Primo de Rivera se rindieron; la batalla había terminado. Las Heras ordenó detener inmediatamente la inútil carnicería alargando sus manos a Ordoñez, amparándolo así con su autoridad a él y a sus heroicos compañeros.

Los trofeos de la jornada fueron  cuatro banderas, 12 cañones, 3.850 fusiles, 1.200 tercerolas, la caja militar y las municiones del ejército vencido, 1 general, 4 coroneles 7 tenientes coroneles, 150 oficiales y 2.200 soldados prisioneros. La victoria fue comprada a un altísimo precio, los realistas sufrieron 1.000 muertos y un número equivalente de muertos y heridos en el bando patriota.
(1)  El grado de Sargento Mayor equivalía en esos tiempos al actual grado de Mayor.

Ordenes de batalla

Ejército Unido

Cuartel general: Capitán general en jefe: General José de San Martín.

General en jefe sustituto: brigadier Antonio González Balcarce.

Coronel en jefe de la reserva: Hilarión de la Quintana.

Ayudante del capitán general: sargento mayor de caballería Mariano Escalada.

Ayudante del capitán general: capitán de caballería John Thomond O'Brien.

Ayudante del general sustituto: capitán de artillería Francisco Díaz.

Estado Mayor y ayudantes generales:

Sargento mayor de infantería José María Aguirre.

Sargento mayor de ingenieros cartógrafos ( ex oficial de Napoleon) José Alberto Bacler d'Albe.

Sargento mayor graduado de caballería Manuel Acosta.

Agregado al Estado Mayor: sargento mayor graduado de infantería Luciano Cuenca.

Agregado al Estado Mayor: capitán de infantería Ángel Reyes.

Agregado al Estado Mayor: teniente de infantería Francisco Menecos.

Ejército de los Andes

Artillería: 4 piezas pesadas Teniente coronel Pedro Regalado de la Plaza.

Batallón 1° de Cazadores Teniente coronel Rudecindo Alvarado.

Batallón N° 7 de Infantería Teniente coronel Pedro Conde.

Batallón N° 8 de Infantería Teniente coronel Enrique Martínez.

Batallón N° 11 de Infantería Coronel graduado Juan Gregorio de Las Heras.

Regimiento de Granaderos a Caballo Coronel José Matías Zapiola. 

Batallón Nº 8 de los Andes

Batallón Nº 11 de los Andes

Ejército de Chile

Artillería Chilena: 9 piezas Mayor José Manuel Borgoño.

Artillería Chilena: 8 piezas Teniente coronel Manuel Blanco Encalada.

Batallón N° 1 de Cazadores de Coquimbo Sargento mayor Isaac Thompson.

Batallón N° 1 de Infantería Teniente coronel F. de Dios Rivera.

Batallón N° 2 de Infantería Teniente coronel José Bernardo Cáceres.

Batallón N° 3 de Infantería Teniente coronel Agustín López.

Infantes de la Patria Teniente coronel José Antonio Bustamante.

Regimiento de la Escolta Directorial Teniente coronel Ramón Freire 

Regimiento de Caballería de Milicias Disciplinadas de Aconcagua Coronel Tomás Vicuña.

Regimiento de Milicias de Caballería Disciplinadas de Colchagua Coronel José María Palacios.

Regimiento de Húsares de La Muerte Coronel Manuel Rodríguez Erdoíza.

Ejército Realista

Cuartel general: Comandante en jefe: General Mariano Osorio

Primera brigada:

Coronel José Ordóñez

Regimiento de Concepción

Regimiento Infante Don Carlos

Regimiento de Lanceros del Rey 

Regimiento de Dragones de Arequipa

1 compañía de zapadores

4 piezas de artillería

Segunda brigada:

Coronel Lorenzo López de Morla

Regimiento de Arequipa

Regimiento de Burgos

Regimiento de Dragones de Chillán  

Regimiento de Dragones de la Frontera 

4 piezas de artillería

Tercera brigada:

Coronel Joaquín Primo de Rivera y Ortiz de Pinedo

Batallón formado por compañias de granaderos y cazadores de los regimientos Burgos, Concepción, Infante  don Carlos y Arequipa)

4 piezas de artillería 

Abrazo de Maipú

Fuentes:

Regimientos de América - Daniel Pedrazzoli - 2001

Acuarelas de uniformes realizadas por José Balaguer -

Mitre, Bartolomé- Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana. Ed. Peuser 1968- (Con las debidas disculpas)