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sábado, 6 de julio de 2019

EFEMÉRIDES - 5 al 7 de julio de 1807- Defensa de Buenos Aires

La ciudad de Buenos Aires bajo ataque inglés.
Puede apreciarse la Plaza Mayor con el Cabildo y la Recova, a la izquierda la Catedral, a la derecha 
los Altos de Riglos, al fondo la Real Fortaleza don Juan de Austria, y más atrás el Río de la Plata.
La conquista de Buenos Aires en agosto de 1806 había fracasado, para reintentar la ocupación se designó al Teniente General John Whitelocke al frente de 12.000 hombres, con una flota de 101 navíos entre buques de guerra y mercantes. Para cuidar las espaldas, 4000 de esos efectivos tomarían Montevideo y el resto operaría sobre Buenos Aires. Secundaban al Jefe Superior, los coroneles Burke, Pack, Craufurd, el general Levenson Gower y el brigadier Sir Samuel Auchmuty, entre otros jefes de menor jerarquía. Las instrucciones eran abrir el puerto local al libre comercio (ahí la razón de los buques mercantes) para poder colocar en América el enorme excedente de la revolución industrial, en virtud de la imposibilidad de hacer lo mismo en Europa debido al cerco impuesto por Napoleón Bonaparte. Por otra lado, se respetaría la propiedad y el credo de los habitantes, con la sola condición del juramento de fidelidad a Su Majestad Británica. En los primeros días de Julio de 1807, la poderosa flota llegó al Río de la Plata. Así lo relata Manuel José García en sus memorias : “Cuando las 101 velas de la gran Armada Británica se divisaron en el horizonte, era un espectáculo capaz de intimidar a los más aguerridos”. Esta vez venían mejor preparados, con armamento de última generación. Desembarcaron en medio de una pertinaz llovizna y entre el barro de la costa quilmeña, pero poco les costó dispersar luego la débil oposición de las tropas de Liniers en los Corrales de Miserere (Plaza Once). Parecían incontenibles dada la precariedad de los medios con que se pretendía frenarlos. Se envía un mensajero a Liniers y pone en marcha el plan del Tte. Cnl de Ingenieros don Gonzalo de Doblas. Se cavan trincheras alrededor de la Plaza, las cuales llegan hasta las actuales Alsina, San Martín y Bartolomé Mitre; manda cavar otra zanja llamada “exterior”, con parapetos de tierra y sacos de yerba, por las ahora Belgrano, Tacuarí, Suipacha y Sarmiento. Coloca pelotones de tiradores en las azoteas y artillería en las bocacalles. En la noche del 2 al 3 de Julio nadie duerme en la Gran Aldea. Trabajan todos alumbrados por faroles: esclavos, libres, blancos, morenos y naturales hasta transformar el centro en una fortaleza. Durante la mañana del 3, el virrey don Santiago de Liniers y Bremond, al frente de dos divisiones, llega al Retiro aclamado por el pueblo, su gran popularidad devolverá la confianza a los defensores. 
El plan de Doblas preveía una primera línea de puestos de alarma, una segunda línea para desgastar el ataque y un reducto central en la Plaza mayor. Había que resistir todo lo que se pueda en la segunda línea de trincheras y replegarse luego al reducto de la Plaza.
A las seis y media de la mañana del Domingo 5 de Julio resuenan 21 cañonazos que es la orden de ataque, con arranque en la quinta de Lorea (Plaza Congreso). Las tres brigadas de infantería que componen el ejército invasor, mandadas respectivamente por Auchmuty, Lumley y Craufurd, se subdividen a su vez en 13 columnas para entrar por el norte y por el sur de la ciudad. Por las calles centrales (Mitre, Yrigoyen, Rivadavia y Alsina) avanza la caballería. La primera brigada se subdivide en 5 columnas, una por el norte, para apoderarse del Retiro, y las otras por Paraguay, Córdoba, Viamonte y Tucumán, con intento de ocupar los edificios cercanos al río. La brigada central va por Lavalle, Corrientes, Sarmiento y Cangallo. A la derecha, la brigada al mando de Craufurd, se internaría, por Moreno, Belgrano, Méjico y Humberto Primo, ya en el extremo sur de la ciudad. El propósito es alcanzar la ribera y converger luego todos hacia la fortaleza. Según un testigo “la ciudad era un incendio” y todos la defienden con gran entusiasmo y valentía. Se escucha gran cantidad de disparos de cañón y fusilería. Las columnas que avanzan por los extremos norte y sur no tienen casi resistencia en las casas de barro de las orillas. Pero por el centro es otra historia. Las columnas fracasan porque la resistencia que los invasores encuentran es tal, que se ven obligados a pelear casa por casa y los virreinales los están acabando. Los pobladores que no se alistaron en los cuerpos milicianos combaten también, hay relatos de ingleses que cuentan como el agua, la grasa hirviendo y las piedras lanzados desde arriba causan estragos. Cuando la soldadesca británica pretende entrar a las casas particulares para coparlas, los esclavos morenos y las robustas mulatas ayudan a los dueños de casa y a los milicianos defensores repartiendo garrotazos al por mayor.
Se le va complicando cada vez más a Whitelocke y compañía. El regimiento 88º que ingresaba por Sarmiento y Mitre se rinde al Tercio de Arribeños a la altura de la calle Maipú, luego de cruzar la primera trinchera. Una columna se refugia a sangre y fuego en la casa de la Virreina Vieja, en Belgrano y Perú, donde son sitiados; lo mismo ocurre con la columna de los coroneles Craufurd y Pack, cercados dentro de la Iglesia de San Domingo. Luego de intenso tiroteo, al anochecer se rinden a Liniers, que dirige la batalla desde los arcos del Cabildo. Parte de la caballería inglesa, que debió entrar por Rivadavia e Hipólito Irigoyen, quedó encerrada en la quinta de Lorea y no pudo intervenir. Cae la noche de ese tremendo día. Cesa el fuego por una tregua caballeresca. Los invasores han perdido casi la mitad de sus efectivos. Habíamos triunfado, morenos, naturales, europeos, criollos, arribeños y abajeños, habíamos triunfado. El martes 7 de Julio de 1807, al mediodía, se firma la capitulación. Los ingleses se van de Buenos Aires el 13 de Julio a la tarde, el general Whitelocke dirá más tarde que ha debido rendirse “porque el rencor que nos profesan los habitantes es increíble y, de no hacerlo, hubiese quedado a merced del furor de la plebe”. Sin embargo, a poco andar, los ingleses reintentarían la conquista por otros medios menos riesgosos pero más eficaces.
Fuentes
  • Artículo del Dr. Roberto Rossi en el Diario de 9 de Julio 
  • Las invasiones inglesas del Río de la Plata (1806-1807) y la influencia inglesa en la independencia y organización de las provincias del Río de la Plata. Roberts, Carlos (2000). Emecé.
  • Los marinos en las Invasiones Inglesas Destéfani, Laurio H. (1975). Serie B Historia Naval Argentina Nº15. Comando General de la Armada, Secretaria General Naval, Departamento de Estudios Históricos Navales.
  • Las Banderas Británicas tomadas en Buenos Aires el 5 de Julio de 1807. Por Guillermo Palombo.
  • Las invasiones inglesas al Río de la Plata 1806-1807. Desde la organización territorial hasta la reconquista de Buenos Aires. Juan Bartolomé Beverina.  Buenos Aires, Círculo Militar, 2008, 3 volúmenes.

jueves, 28 de junio de 2018

EFEMÉRIDES - 28 de junio de 1807 - Desembarco de los ingleses en Barragán

Croquis de la época donde se aprecia la Ensenada de Barragán y el desembarco inglés

La ensenada de Barragán es una caleta en el sector sudoeste de la costa bonaerense, desde punta Lara hasta punta Santiago que se encuentra a 60 km de Buenos Aires. La ocupación de las tierras circundantes a la ensenada se remonta al siglo XVII, cuando Hernandarias da en "merced" las tierras cercanas a la caleta a Bartolomé López. Éste las vende en 1629 a Antonio Gutiérrez Barragán, cuyo apellido materno se fue fijando e hizo pie en la toponimia de la zona. Barragán hizo que la ensenada fuera un activo puerto clandestino de la trata. En 1636 el gobernador Pedro Esteban Dávila otorga en posesión a Gerónimo de Benavídez el territorio de punta Lara. En 1736 el contrabando de Portugal y sus pretensiones, llevan a realizar una precaria batería. Las importantes crecidas del río de la Plata arruinaban sistemáticamente la batería, que debió ser reconstruida en 1765, 1771 y 1782.
En diciembre de 1800 un temporal desploma el puerto de Buenos Aires, llegando la inundación hasta la Plaza Mayor. Los comerciantes reclaman al virrey que habilite el "puerto de Ensenada". El 2 de enero de 1801 el virrey marqués de Avilés abre al arribo de buques de comercio dicho puerto, dispone fundar Ensenada, ordenándole al coronel Pedro Cerviño la traza del pueblo y hace construir la definitiva muralla del fuerte. La batería era de buena mampostería, con ocho cañones, dos garitas, dos almacenes, cuadra para la tropa, cuarto para el oficial y cocina.

El Fuerte Barragán en la actualidad

El 24 de junio de 1806 Santiago de Liniers, a cargo de la batería, rechaza el desembarco de las tropas inglesas comandadas por el general William Carr Beresford, en la 1.ª invasión inglesa. Los ocho buques ingleses (al mando de sir Home Riggs Popham), intentan entonces el desembarco frente a punta Lara, interviniendo la fragata Neptuno que entra en acción provocando la huida de los invasores, que finalmente desembarcan en Quilmes.
Croquis de la época donde se aprecia el lugar de desembarco de los ingleses y su marcha a Buenos aires

El 28 de junio de 1807, al haberse retirado la guarnición de la batería, las tropas inglesas al mando de John Whitelocke, desembarcan en la Ensenada y comienzan su marcha hacia su derrota en Buenos Aires.

martes, 12 de junio de 2018

Combate de Monte Longdon 12 de junio de 1982


Fuerzas inglesas
Los británicos disponían del 3.º Batallón del Regimiento de Paracaidistas (3 PARA) bajo las órdenes del entonces teniente coronel Hew Pike, apoyada por el 29.º Regimiento de Artillería Real, con 6 cañones de 105 mm. El 2 PARA estaba en reserva. El apoyo naval fue proporcionado por la fragata HMS Avenger. 
Total 450 efectivos.
Fuerzas argentinas
La fuerza argentina consistió en la Compañía B 'Maipu' del Regimiento de Infantería Mecanizado 7 "Coronel Conde" (RI Mec 7), 1.ª sección de la Compañía de Ingenieros Mecanizada 10, una Sección de ametralladoras pesadas Browning M2 de 12,7 mm del BIM 5. El comandante argentino era el mayor Carlos Eduardo del Valle Carrizo Salvadores, el segundo jefe del RI Mec 7. 
Total 278 efectivos.

11 de junio
Durante las horas de luz se observan numerosos y constantes desplazamientos de helicópteros en la zona de Monte Kent, fuera del alcance de las armas de la posición. Al caer la noche, se intensifica el fuego enemigo sobre la posición, el que alcanza su mayor magnitud a partir de las 20:30 horas. 
Se cortan los tendidos telefónicos, y las distintas fracciones quedan comunicadas sólo por radio. El radar se apaga, pues, aparentemente, el enemigo que bate su posición ha detectado su ubicación. Personal de comunicaciones, bajo el fuego, intenta restablecer las comunicaciones alámbricas, lo que se logra parcialmente.
A las 21:30 horas el Subteniente Baldini, Jefe de la 1ra Sección, informa que el enemigo ha logrado alcanzar las proximidades de sus posiciones y se halla empeñado en combate a distancias cortas, aprestandose a ejecutar un contraataque sobre su flanco derecho. Inmediatamente se pierde comunicación con el. La 1ra Sección, empeñada en combate cuerpo a cuerpo con el enemigo, debe ceder la cresta de la altura. Deja varios heridos y muertos en el sector, y ocasiona bajas al enemigo. El combate se hace en extremo difícil para los efectivos propios, dada la carencia de visores nocturnos para utilizarlos con las armas automáticas y portátiles. Esto dificulta la efectividad de los fuegos. 
No obstante el ímpetu del ataque enemigo, este parece haber sido bloqueado, pero la situación se mantiene aún incierta. La artillería propia bate intermitentemente la retaguardia enemiga, aunque no pueden evaluarse sus efectos.
Paracaidista inglés
El Subteniente Baldini, que multiplica sus esfuerzos alentando a sus hombres, decide desalojar a las fuerzas enemigas de la altura. Para llevar a cabo esta acción, reúne un pequeño grupo de soldados de su sección e infantes de marina, y con ello se lanza al ataque. Iniciada la lucha el citado oficial se pone al frente de su fracción seguido a corta distancia por el Cabo Primero Ríos. Ambos son abatidos por ráfagas de ametralladoras, lo que hace que el resto del personal se vea obligado a mantenerse a cubierto, respondiendo el fuego enemigo.
Sobre la medianoche, el jefe del subsector ordena al Teniente Quiroga, Jefe de la 1ra Sección de la Compañía de Ingenieros 10, lanzar un contraataque sobre el sector de la 1ra Sección para recuperar sus posiciones y/o posibilitar el repliegue ordenado de sus efectivos. El Jefe de Sección, bajo intenso fuego y en medio de una situación confusa, reorganiza su personal y se lanza al ataque. El desplazamiento es penoso. Tal característica está motivada por las irregularidades del terreno, por la necesidad de avanzar ascendiendo la altura, y por la intensa acción del enemigo, el que, valido de sus medios de detección y observación nocturnos parece estar alentado sobre el movimiento. La fracción entra en combate con el enemigo a muy corta distancia, los cuales comienzan a replegarse. 
Finalmente, y próximo a alcanzar el objetivo, el ataque debe detenerse, pues los infantes ingleses comienzan a presionar sobre los flancos. Se generalizan intensos combates cuerpo a cuerpo, que producen bajas en ambos bandos, pero la Sección logra bloquear el avance inglés y estabilizar la situación en el sector.
Desde la 23:00 horas, la 2da y 3ra Sección son presionadas intensamente por el enemigo desde el oeste, suroeste y noroeste. La situación se mantiene estable.
El Jefe de Subsector, que ya ha lanzado su única reserva, solicita al Jefe del R I 7, el refuerzo de sus efectivos para intentar otro contraataque sobre las fuerzas inglesas que han sido bloqueadas.
12 de junio
El 12 de junio a las 02:00 horas arriba a su Puesto Comando el Jefe de la 1ra Sección C/RI 7, Teniente Castañeda, quien ha avanzado desde el Subsector Plata 1, hostigado por fuego enemigo. Inmediatamente es puesto en situación y se le ordena ejecutar un contraataque en dirección noroeste. Por medio de esta acción se busca envolver a los efectivos que enfrenta la Sección de Ingenieros y lo que queda de la 1ra Sección /B/RI 7.
En ese momento los Jefes de la 2da y 3ra Sección Sargento Primero González y Teniente Primero Neirotti, son heridos. El mando de sus fracciones quedan bajo las ordenes de los Suboficiales más antiguos. En ambos sectores se combaten con intensidad en cada posición.
Infante argentino
La 1ra Sección/C/RI 7 del Teniente Castañeda avanza con dificultad, pero alcanza a las 03:00 horas la línea de contacto de las tropas en primera línea. Allí choca con importantes efectivos ingleses en avance, los que aparentemente intentan desbordar por el norte a la Sección de Ingenieros para cercarla. Se inician combates cuerpo a cuerpo y el enemigo se ve obligado a replegarse. Inmediatamente, un intenso fuego de morteros bate la zona de la Sección y obliga a los hombres a refugiarse en cualquier cubierta existente en el terreno. El enemigo reinicia el ataque su ataque con nuevos efectivos y el combate se generaliza nuevamente.
A las 05:00 horas la situación de la Compañía B/RI 7 es la siguiente:
El enemigo ataca desde el norte, noroeste, oeste y suroeste con efectivos a preciados en 5 a 6 Compañías, con masivo apoyo de fuego de artillería y morteros.
Si bien la posición resiste, ha sido penetrada en varios puntos, pese a la sostenida oposición de sus defensores.
No existen efectivos propios para contraatacar, pues todas las fracciones se encuentran aferradas.
Los niveles de existencia de munición en la posición son críticos. Parte del personal ha agotado su dotación, por lo que se impone un urgente abastecimiento.
Los apoyos de artillería propios, si bien han logrado neutralizar por momentos el ataque inglés, no han podido aliviar la presión general sobre las posiciones.
Se han producido numerosas bajas especialmente entre el personal de cuadros.
A las 06:30 horas , el Comandante de la Agrupación Puerto Argentino ordena:
Ejecutar el repliegue de la Compañía B/RI 7 hacia el sector de Wireless Ridge, según los planes previstos. En ese lugar deberá reorganizarse para estar en condiciones de entrar en combate a orden.
Apoyar el repliegue de la Compañía con el Grupo de Artillería Aerotransportado 4, batiendo las principales avenidas de aproximación del enemigo, desde el oeste y noroeste.
Ejecutar concentraciones masivas de artillería sobre la altura, una vez que la B/RI 7 la haya abandonado.
A las 06:45 horas, comienzan a desprenderse los efectivos de la B/RI 7. Ya por entonces, algunas posiciones han sido cercadas. Se combate retardantemente hasta que se alcanzan, aproximadamente a las 08:00 horas el subsector Plata 1.
Solamente 90 hombres alcanzan la nueva posición. El resto ha quedado herido, muerto o cercado. Dada la situación anímica y física en que se halla la tropa, después de soportar tantas tensiones y sacrificios, el Jefe del RI 7 considera necesario ordenar la marcha de los efectivos hacia Puerto Argentino, para su mayor reorganización y recuperación.

La Compañía B reforzada ha combatido intensamente durante 12 horas a distancias próximas en medio de la oscuridad. Su posición ha sido saturada desde el 8 de junio por fuegos terrestres, navales y aéreos, sin tener en cuenta otros bombardeos anteriores a esa fecha. También resultó atacada desde distintas direcciones, luchando contra un adversario para el cual la noche fue su mejor aliada.
Infante argentino
Al avanzar la mañana del 12 de junio, se produce la consolidación de las conquistas británicas sobre Longdon, Harriet y Two Sisters con un abrumador apoyo artillero.
Se produce fuego de contrabatería enemigo que bate la Batería B del BIAC. Muere en combate el cc62 Justo S. Falcón de la tercera pieza de dicha Batería.
El sector de Monte William, Monte Tumbledown y Wireless Ridge pasan a ser primera línea y es fuertemente hostigado por fuego terrestre y aéreo. El BIM5 se halla frente a las unidades terrestres británicas. La Artillería propia apoya el combate y retirada de los RI4 y B/RI7 del Ejército Argentino. El Comandante del RI4 antes de ser capturado solicita al BIM5 que bata sus propias posiciones lo que realizó de inmediato. Parte de los efectivos del RI4, que se replegaban hacia Puerto Argentino, se unen al BIM5 y se integran a la Compañía Mar de dicho Batallón. La B/RI6 se repliega y ocupa posiciones a continuación de la 3ra Sección de la Compañía Nacar del BIM5 cerrando el valle del Moody, proximidades de la Casa Amarilla. Lo hace cumpliendo órdenes del Comandante de la Agrupación Ejército Argentino, en vez de reforzar el sector Norte de Tumbledown como se había coordinado previamente con el Comandante del BIM5.
10:00 horas: Se inician fuegos de artillería enemiga con espoleta VT sobre la artillería propia y Compañía de Ingenieros Anfibios.
11:00 horas: Comienza el fuego de artillería propia sobre Montes Two Sisters y Longdon.
Por la tarde: El enemigo hace fuego de artillería sobre el Puesto Socorro (pese a que está perfectamente identificado) del BIM5, por lo que se orden mantener en ese lugar un puesto de evacuación y crear un nuevo Puesto Socorro en otro sitio.
23:35 horas: Se inicia fuego naval sobre el área del BIM5 que se mantiene durante toda la noche y la madrugada del día 13.
Fuente:
Sitio El malvinense
Sitio Ejercito Nacional Argentino

lunes, 11 de junio de 2018

Combate de los Pozos 11 de junio de 1826


En 1825 el gobierno del Imperio del Brasil tras alegar que las Provincias Unidas del Río de la Plata apoyaron el desembarco de los Treinta y Tres Orientales, reforzó sus tropas en la Provincia Oriental y declaró bloqueados todos los puertos de las Provincias Unidas.  Consecuentemente el 4 de noviembre de 1825 el general Juan Gregorio de Las Heras declaró rotas las relaciones diplomáticas con el Brasil y acto seguido el Imperio declaró la guerra, el 10 de diciembre de 1825, la cual duró tres años. Por su parte el gobierno de Buenos Aires reconcentró en la costa del Uruguay un cuerpo de ejército a las órdenes del general Martín Rodríguez; hizo construir algunas baterías sobre el Paraná bajo la dirección del mayor Martiniano Chilavert, y confió al coronel Guillermo Brown el mando de una corta flotilla, la cual se aumentó algunos meses después por una suscripción de los ciudadanos pudientes. (1)  Esta última medida era tanto más urgente por cuanto el Imperio dominaba los ríos de la Plata, Uruguay y Paraná, por haber fortificado la Colonia y Martín García y porque hacía efectivo el bloqueo con una escuadra poderosa. 
Mientras la atención se contraía a lo largo de los ríos que limitaban por el lado argentino lo que, según todas las probabilidades, sería el teatro de la guerra, el Imperio preparaba una invasión por la costa sur de Buenos Aires y trabajaba en su favor el ánimo de algunos caciques de los indios que permanecían en son de guerra desde la última expedición del general Rodríguez.  Apercibido de ello el gobierno se apresuró a conjugar ese doble peligro que podría reducir el territorio de Buenos Aires a los extremos más difíciles. Al efecto el ministro García llamó al coronel Juan Manuel de Rosas y le manifestó que el gobierno tenía las pruebas de que los imperiales querían apoderarse de Bahía Blanca y de Patagones para concitar a los indios a que penetrasen en Buenos Aires y obligar al gobierno a distraer hombres y recursos.  Que en vista de esto, el gobierno le ordenaba se trasladase a la costa sur, se valiese de su influencia sobre los caciques para impedir que se aliasen con los imperiales y pusiese en estado de defensa aquellos dos puntos amenazados.  Esta comisión era tan importante como urgente, pues las autoridades de Patagones acababan de apresar a cuatro oficiales imperiales que habían bajado de una corbeta surta en ese puerto.
Fragata 25 de mayo
El gobierno había encomendado poco antes a Rosas el negociado pacífico con los indios, y nombrándolo enseguida en unión del coronel Juan Lavalle y de Felipe Senillosa para que midiesen la nueva línea de fronteras. Terminado el encargo de estos últimos, Rosas continuó en la negociación con los indios hasta que en virtud de las circunstancias apremiantes que el gobierno ponía de manifiesto, envió algunos indios y a dos indias de cuyos hijos él era padrino, para que invitasen a los caciques Pampas, Tehuelches y Ranqueles a un gran parlamento que tendría lugar más allá del Tandil, y muy principalmente a los caciques Chañil, Cachul y Lincon que se obstinaban hasta entonces en no aceptar ningún arreglo.  No sin vencer grandes dificultades tuvo lugar el parlamento, con asistencia de los caciques nombrados, bajo la fe del compromiso personal que Rosas contrajera de que había de cumplirse lo que estipularan.  Rosas se dirigió solo al campamento de los indios y arregló allí la fijación de la línea de frontera, comprometiéndose aquéllos a permanecer en paz con el gobierno. (2)
Seguro que estos caciques no moverían sus toldos (que no los movieron durante la guerra con el Brasil), Rosas se concentró entonces en defender los puntos amenazados.  Engrosó con 200 hombres los piquetes de voluntarios y de blandengues que al mando del capitán Molina guarnecían Patagones.  Reforzó la batería de la costa con cuatro cañones bien dotados.  Sitió cerca de ese punto varios toldos de indios amigos, y puso estas fuerzas a las órdenes del coronel Francisco Sosa.  Con ellas y con las que comandaba el coronel Estomba en Bahía Blanca, y alejado el peligro de que los indios se entendiesen con los imperiales, era muy difícil que éstos pudieran penetrar con ventaja por esa costa. Los imperiales sufrieron, en efecto, un ruidoso fracaso.  Durante la noche desembarcaron como 700 hombres en la costa entre Bahía Blanca y Patagones, con el intento de sorprender la guarnición de este último punto y fueron derrotados perdiendo naves, armas y banderas.  El capitán Juan Bautista Thorne completó esta victoria apoderándose con su bergantín de la corbeta Icapavari, cuya tripulación había bajado a tierra para asegurar más el éxito de la invasión. En los últimos días de mayo de 1826 el bergantín argentino Balcarce, las goletas Sarandí, Pepa y Río, dos cañoneras y dos transportes, se habían abierto paso hasta Las Conchillas desembarcando allí fuerzas del ejército de operaciones.  Para vengar este fracaso, la escuadra imperial se acercó en el mediodía del 11 de junio a Los Pozos, donde estaba fondeada parte de la flota argentina.
El combate
Frente a lo que es hoy la Dársena Norte, en Buenos Aires, a tres millas de la costa se encuentra el lugar que se llamaba Los Pozos. Fue allí donde en la mañana del 11 de junio de 1826 el almirante Guillermo Brown, al mando de una flotilla compuesta por once barcos, enfrentó a la poderosa escuadra del Imperio del Brasil. La acción se libró a la vista de la población de la capital, que desde temprano había ganado lugares en las barrancas del río y azoteas próximas para presenciar el combate. Fácil era advertir desde la orilla los buques enemigos que en amenazante actitud y en evidente superioridad numérica aguardaban a las naves de Brown. Se sabía que nuestro almirante estaba decidido a embicar o volar su escuadra antes de rendirla. El día amaneció muy despejado y la corriente del río favorecía a las fuerzas imperiales. El avance fue despacioso; las corbetas tuvieron que dar remolque a los barcos mayores. Brown aguardó sereno el ataque y momentos antes de comenzar la lucha dio esta proclama: “Marinos y soldados de la República; Veis esa enorme montaña flotante. Son 31 buques enemigos. Mas no creáis que vuestro general abriga el menor recelo, pues no duda de vuestro valor y espera que imitaréis a la “25 de Mayo”, que será echada a pique antes de rendirla. Camaradas: ¡Confianza en la victoria, disciplina y tres Viva la Patria!”. A mediodía la armada imperial llegó a la rada y prosiguió su avance hacia Los Pozos. Pero una hora más tarde dos de los barcos, la “Nictheroy” y la “María da Gloria”, se vieron obligados a fondear por falta de agua. Fue entonces cuando Norton, jefe de la escuadra imperial, se trasladó a la “Itaparica”. A las 13.45 subió al palo mayor de la nave capitana argentina una última orden: “Fuego rasante, que el pueblo nos contempla”, y se empeñó la acción en toda la línea. 

CAÑÓN NAVAL
1- Cañón, se denominaba por el peso del proyectil: 8 lbs; 12 lbs, etc.  2- Cureña  3- Braga, para contener el retroceso al disparar  4. Aparejos, para colocar el cañón en posición de tiro.  5- Tronera.  6- Porta de tronera.   7- Chillera (porta proyectiles).  8- Oido, donde se colocaba la pólvora rápida y se aplicaba la mecha.  9- Implementos para cargar y limpiar el cañón. 10- Saquetes de pólvora. 11- Cuerno para cargar de pólvora el "oido" y punzón.  12- cuña para elevación.



CARRONADA
Se utilizaban para corta distancia. Su trayectoria era rectilínea, disparando balas de gran peso, metralla o trozos de cadena, causando grandes daños en en casco y en la maniobra, asi como mucha sbajas y heridos antes del abordaje.
Su alcance era corto, pero resultaba más manuable considerando el peso del proyectil, que llegaba hasta las 24 libras, usando 3 libras de pólvora, mientras que un cañón necesitaba 6 libras para el mismo peso.
Medían 3 pies de longitud e iban instalados en la cubierta, necesitando poco personal.
Fueron fabricados por primera vez por Carron Iron Works (Escocia), resultando muy utilizadas en barcos pequeños y mercantes.



IMPLEMENTOS DEL CAÑON
1- Atacador    2- Esponja    3- Rascador    4- Cepillo   5- Espeque (para orientar el cañón)   6- "Gato" de registro (calibrador)    7- Punzón para el "oído"    8- Molde para preparar cartuchos   9- cuchara para cargar pólvora directamente    10- Tapón de boca.




PROYECTILES
1- Bala redonda (hiero fundido)   2- Palanqueta (tipo francés)   2a- Palanqueta (tipo inglés)  3- Balas encadenadas   4- bala enramada   5- granada explosiva (a:mixto lento  b:explosivo)  6- bala y saquete de polvora  7- saco de metralla o pollada  8- tarro de metralla o trozos de hierro  9- fusible para colocar en el oído.  
Los tiros atronaban el espacio, pero no daban en el blanco debido a la distancia que guardaba una escuadra de otra. Como las aguas continuaron bajando, cinco barcos enemigos se vieron obligados a fondear, y sólo quedaron en línea de combate las embarcaciones de menor calado. Este nuevo contratiempo irritó aún más al jefe de la escuadra enemiga, que se trasladó durante el cañoneo al “Caboclo” y más tarde a la goleta “Paula”, para coordinar con sus jefes un nuevo ataque empleando los barcos menores, pero desistió de su propósito en vista de que éstos se encontraban muy dispersos. A esta altura de la lucha se vio avanzar del lado de Colonia a la división Rosales, que por encima del banco de Las Palmas acudía en auxilio de sus compatriotas. El almirante Brown, ante la superioridad del enemigo, le había enviado orden de incorporarse a la flota. Norton, al divisarla, destacó enseguida al “Caboclo” y varios buques menores, pero no llegaron a interceptarle el paso y sólo cambiaron algunos cañonazos con la “Río” y el “Balcarce”.
Pintura pastel de autor anónimo donde se observa un marinero en el
acto preciso de clavar la bandera recibida por Brown.
Brown por su parte había dado orden de suspender el fuego, y recién en esos momentos, al disiparse el humo, advirtió el peligro que corrían las fuerzas al mando de Rosales. Sin demora se embarcó en una cañonera y seguido de seis barcos se lanzó tras los imperiales. La “Nictheroy” parecía haber varado y la flotilla se acercó a ella cuanto pudo para hostigarla con sus tiros hasta que Rosales consiguió arribar. Norton a su vez, pasadas las cuatro de la tarde, acentuó aún más su retirada y fondeó ya de noche a varias millas de distancia. Horas después, Brown y sus valientes marinos desembarcaron provocando su llegada las más entusiastas manifestaciones, tanto de las autoridades como del pueblo, tributándoseles toda clase de homenajes. Las damas porteñas, para testimoniar la admiración que tan grande hazaña había despertado, obsequiaron al almirante con una bandera de seda que en letras bordadas en oro decía: “Once de Junio”. 


Referencias
1) Esta suscripción a la Empresa naval era, o con calidad de reembolso, o gratuitamente.  El boleto Nº 451 (conservado por Adolfo Saldías) acredita que el entonces coronel Juan Manuel de Rosas se suscribió gratuitamente con 500 pesos.
2) En esas circunstancias se había desarrollado la viruela en algunas tribus.  Como resistieran la vacuna, Rosas citó ex profeso a los caciques con sus tribus y se hizo vacunar él mismo.  Bastó esto para que los indios en tropel estirasen el brazo, de manera que en menos de un mes recibieron casi todos el virus
Fuentes
Página Histarmar
Patricios de Vuelta de Obligado
Portal Revisionistas
Saldías, Adolfo – Historia de la Confederación Argentina
Vigil, Carlos – Los monumentos y lugares históricos de la Argentina. Editorial Atlántida, Buenos Aires (1959).

jueves, 24 de mayo de 2018

Batalla de Tuyutí- 24 de mayo de 1866


El campo de Tuyutí emerge como una isla entre un mar de esteros y pantanos.  López buscaba encerrar a los aliados en la ratonera de Tuyutí y batirlos por los cuatro puntos cardinales.  El teniente coronel José Eduvigis Díaz (futuro general y héroe de Curupaity) simuló en Estero Bellaco, con 5.000 hombres, una defensa de la entrada de Tuyutí (2 de Mayo): por sorpresa cayó sobre las avanzadas aliadas, tomándoles cuatro cañones a los brasileños, que arrastraría en triunfo al campamento de Paso-Pucú.  Ese movimiento engañó a Mitre, que ordenó la ocupación de Tuyutí (20 de mayo), debió ser lo esperado por López que cuatro días después ordena descolgarse en Tuyutí por el norte, sur, este y oeste, a todos los efectivos del ejército.
El ejército aliado que ocupaba Tuyutí estaba compuesto de casi 35,000 hombres. El ejército brasileño tenía 21,500 hombres, incluyendo 4,000 de caballería y 80 cañones. El ejército argentino tenía 11,400 hombres (8,000 de infantería, 2,000 de caballería y 600 de artillería) y 34 cañones. El ejército uruguayo tenía 1,360 hombres (180 de artillería, 200 de caballería y el resto de infantería) y 6 cañones. La mayor parte de la caballería aliada estaba a pie por falta de caballos. Dentro del ejército argentino estaba la Legión Paraguaya, conformada por 114 hombres de tropa, 34 oficiales y un jefe. Todos eran paraguayos exiliados por el gobierno de Francisco Solano López.
La distribución del ejército aliado en el campo de Tuyutí era la siguiente:
En la extrema derecha del ejército aliado estaba el 2° Cuerpo del Ejército argentino al mando del general Wenceslao Paunero, seguido del 1° Cuerpo al mando del general Emilio Mitre. La artillería argentina estaba en medio de los dos cuerpos, mientras la caballería, la 2ª división de Buenos Aires y la Legión Paraguaya a retaguardia del 2° Cuerpo, cerca al cuartel general.
El ejército uruguayo era la vanguardia del ejército aliado, ubicado en el centro y al mando del presidente de Uruguay, general Venancio Flores. A retaguardia, estaba la 3ª división brasileña y en un reducto construido el 21, estaba el primer regimiento de artillería brasileña. A la izquierda del reducto estaba la artillería uruguaya.
Infante argentino (probablemente del 1° de Línea)
A la izquierda estaba el grueso del ejército brasileño, al mando del general Luis Osorio, dividido en cuatro líneas. La primera línea estaba conformada por la 3ª y 6ª división de infantería, teniendo al centro y a la vanguardia al 1° regimiento de artillería y a la derecha de la 6ª división continuaba la línea con el 1° Cuerpo del ejército argentino. En la segunda línea estaban la 1ª y 4ª división de infantería y frente de ellos, el 1° y 3° batallones de artillería. La tercera línea estaba conformada por la 2ª y 5ª división de caballería. En la cuarta línea habían dos baterías de artillería y tres batallones de voluntarios.
El ejército paraguayo tenía 25,000 hombres y a su derecha había una espesa selva. El mariscal López había desarrollado un plan defensivo para el ejército paraguayo, incluso ordenó trincheras, pero el 23 de mayo cambió de parecer y decidió atacar al numeroso ejército aliado. Un año después, el mariscal López le contó al ingeniero inglés George Thompson, quien estaba a su servicio que su cambio de opinión se debió a que le contaron el plan de ataque del general Mitre a efectuarse el día 25, por lo que él anticipó el ataque.
Soldados paraguayos de infantería y caballería.
López se adelantó a una probable ofensiva aliada y con un efectivo de 24.000 hombres (dejando otros 14.000 en la fortaleza de Humaitá y otros puntos a retaguardia) con la posibilidad de ser apoyados por 100 cañones, obuses y cohetes, adoptó la resolución de atacar por sorpresa el frente, ambos flancos y la retaguardia aliada, disponiendo sus tropas para tan osado plan en cuatro agrupaciones:
- La Agrupación del teniente coronel Hilario Marcó: que franquearía el Estero Bellaco Norte por el Paso Gómez y golpearía el frente del dispositivo brasilero. Su agrupación estaría conformada por cuatro batallones y dos regimientos de caballería (aproximadamente 4.200 hombres).
- La Agrupación del coronel José Eduvigis Díaz: al oeste de la columna de Marcó, que atacaría el frente-oeste del dispositivo brasilero por ambos lados de la isla de Carapá, disponiendo para ello de cinco batallones, dos regimientos de caballería y una batería de obuses (aproximadamente 5.000 hombres).
- La Agrupación del general Vicente Barrios: que franquearía los esteros al oeste de la Agrupación de Díaz por el Potrero Piris, con la finalidad de atacar la retaguardia de las fuerzas brasileras, constituyéndose en uno de los brazos del envolvimiento. Esta agrupación estaría compuesta por seis batallones, dos regimientos de caballería y una batería (aproximadamente 9.000 hombres).

- La Agrupación del general Francisco Isidoro Resquín: que accionaría sobre el flanco este y la retaguardia del dispositivo argentino buscando completar el envolvimiento. Ocho regimientos de caballería, dos batallones y dos coheteras serían las fuerzas que conformarían esta agrupación (aproximadamente 6.300 hombres).
Caballería paraguaya en Tuyutí
Las difíciles condiciones del terreno demoraron el inicio del ataque. Recién poco antes del mediodía los mandos paraguayos lanzaron un cohete, seguido de tiros de cañón, que eran las señales acordadas para iniciar la ofensiva.
La Agrupación del coronel Díaz fue la primera en atacar. Logró derrotar a los elementos uruguayos que cumplían funciones de vanguardia, pero luego fue rechazada por tres batallones brasileros apoyados por el certero fuego de la artillería del 1er Regimiento de Artillería a Caballo del coronel Mallet. Los paraguayos volvieron a avanzar buscando presionar ahora el sector oeste del frente. La 3ra División Brasilera del general Sampaio contraatacó en apoyo a la vanguardia Flores, trabándose en un duro combate con los paraguayos cuyo resultado era incierto. Para definir esta acción, el general Osorio reforzó a las fuerzas de Sampaio, enviando en su auxilio dos brigadas de las divisiones de Argolo y Guilherme, comandando una de ellas personalmente.
La Agrupación del comandante Marcó se vio retrasada en su avance por las características del terreno. No obstante, la poderosa caballería paraguaya cargó contra las posiciones brasileras, pero su avance fue detenido por el foso que había ordenado cavar Mallet y los jinetes sufrieron cuantiosas bajas cuando sobre ellos se desató el certero fuego de la artillería brasilera. Simultáneamente, la 6ta División Brasilera del general Monteiro, cerró el hueco que se había producido entre las fuerzas uruguayas y la artillería de Mallet.
La Agrupación del general Resquín tuvo éxito al atacar a la vanguardia argentina. El Batallón 5 de Línea se retiró en desorden, pero el general Paunero hizo avanzar a su Cuerpo de Ejército con dos divisiones en primera línea (la 1ra al mando del coronel Arredondo y la 2da mandada por el coronel Rivas), contraatacando con seis batallones. Simultáneamente, la caballería paraguaya intentó rodear el ala derecha argentina, sorprendiendo a la caballería del general Hornos sin que pudiera ofrecer una seria resistencia. Ante este panorama, el general Bartolomé Mitre ordenó a la 2da División del 2do Cuerpo de Ejército (al mando del coronel Conesa), ejecutar un avance que puso en precipitada fuga a las fuerzas atacantes de ese sector. El resto del 2do Cuerpo de Ejército ocupó posiciones a la derecha del 1er Cuerpo, quedando dos de sus divisiones (la del coronel Bustillo y la del coronel Domínguez) con misiones de reserva, ya sea para apoyar al 1er Cuerpo o para reforzar el ala derecha en caso de reanudarse las embestidas paraguayas. Luego de rechazar todas las cargas e intentos ofensivos paraguayos, las fuerzas argentinas realizaron en su sector una persecución limitada hasta el Estero Bellaco Norte (Rojas), que terminó por dispersar completamente a las fuerzas enemigas.
La Agrupación del general Barrios, pese a estar considerablemente retrasada en su  avance (también debido a dificultades en el desplazamiento por el Potrero Piris), ejecutó el ataque que tenía previsto varias horas después que se había iniciado la acción, chocando primero con la brigada de Neto en Paso Piris y alcanzando luego el Estero Bellaco Sur. Ante esta situación, Osorio empeñó la 2da División de Caballería de Menna Barreto, que lideró la acción reforzada por unidades de la 4ta División y de la 5ta División de Caballería, reuniendo así suficientes fuerzas de infantería, caballería y artillería, que lograron rechazar definitivamente a la columna paraguaya de Barrios.

Para las cuatro y media de la tarde, y luego de cinco horas de arduo combate, la batalla había finalizado con una contundente victoria de las fuerzas de la Triple Alianza y con los restos de las fuerzas paraguayas batiéndose en plena retirada.
Los paraguayos estuvieron al borde de una victoria que hubiera sido desastrosa para los aliados; pero finalmente debieron replegarse por la resistencia de la infantería argentina y los estragos que les hizo la artillería brasileña.  Se fueron dejando un número impresionante de caídos: 5.000 muertos según el parte paraguayo, 7.000 en el aliado; y una cantidad igual de heridos.  La suma de muertos y heridos aliados fueron: 4.000 según ellos, 8.000 para los paraguayos.
Artillería argentina
Tuyutí fue la batalla más sangrienta habida hasta ese momento en América del Sud; entre 13.000 y 15.000 muertos en sus cinco horas de combate.  “Nos salvó de la derrota –se ve obligado a confesar Mitre- la sabia providencia del general Osorio (jefe de la división brasileña), que mandó colocar en una posición estratégica a la artillería imperial del coronel Emilio Luis Mallet”.  Allí se hundió toda la posibilidad de triunfo paraguayo.  Pero el desconcierto de Mitre impedirá a los aliados aprovechar el triunfo.  Si ese 24 de Mayo Mitre hubiera tenido conciencia de una victoria, habría ordenado la inmediata marcha hacia Paso-Pucú: López que se había jugado el todo por el todo, no estaba en condiciones de oponerle resistencia.  Pero Mitre no sabía –como en Pavón- si había ganado o perdido, y resolvió quedarse en Tuyutí hasta esperar lo que hiciera López.  Esa demora habría de pagarse cara: fue un triunfo malogrado –“la victoria sin cabeza”- que engendraría la molicie y la indisciplina entre los triunfadores.  Nadie mejor que el argentino Francisco Seeber ha descrito la situación difícil del campamento después del triunfo:
“Hay una anarquía descomunal; cada cuerpo maniobra según el capricho y la inteligencia de su jefe.  El coronel Chenault dice que somos una montonera con música y podría agregar también que con mala música.  A los paraguayos prisioneros los hacemos pelear en nuestras filas; yo mismo tengo uno como asistente”.
Columnas de infantería argentina 
Las costumbres bélicas contraídas en Uruguayana no se habían perdido: prisionero que caía en poder de los aliados, o iba a sus filas como “voluntario de la libertad” o a los cafetales como esclavo.
La guerra estaba ganada, pero se tardaría cuatro años en acabarla.  Los brasileños, que atribuían el triunfo a Osorio, se quejaban de que Mitre retardase las operaciones, después de Tuyutí no quiso dejar el campamento, hasta que llegara el 2º Ejército brasileño al mando de Marquéz de Souza, fuerte de 12.000 hombres, que se preparaba a entrar en Paraguay por la frontera brasileña.  Pero después, tampoco quiso salir esperando más refuerzos.  Así no solamente quedó inmovilizado el ejército aliado en Tuyutí, pese a la victoria.  Tampoco la escuadra brasileña, no obstante su triunfo en Riachuelo, avanzaba por el río Paraguay hacia su objetivo preciso de Humaitá.  Una picardía paraguaya detenía a los buques de Tamandaré: una hilera de damajuanas tendidas de costa a costa, que el almirante suponía que eran minas.

Fuentes
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal Revisionistas
Rosa, José María – La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas


martes, 1 de mayo de 2018

1 de mayo 1982- BAUTISMO DE FUEGO DE LA FUERZA AÉREA ARGENTINA

Se comienzan a conocer a través de informes del Estado Mayor Conjunto, las acciones bélicas en el Atlántico Sur. La aviación británica ataca en cuatro ocasiones a Puerto Argentino. Helicópteros británicos operan contra Puerto Darwin. 
Desde las fragatas británicas, cañonean Puerto Argentino. Los intentos de desembarco, fueron rechazados por fuerzas argentinas. Una fragata inglesa resulta averiada y cinco aviones Harrier destruidos. La clase 1961 es convocada. El presidente Galtieri, en un discurso dirigido al país, recalca que la Argentina "responderá al ataque".
No era aún la medianoche del 30 de abril de 1982, cuando rugieron sobre la isla Ascensión, dos bombarderos Vulcan de la Royal Air Force. Cada aparato cargaba nueve toneladas y media de bombas convencionales de alto poder explosivo. Algunos minutos más tarde, el avión guía que conducía la misión, anunciaba por radio, que problemas mecánicos de importancia lo obligaban a abortar el vuelo, por lo que regresó rápidamente a su base en Ascensión.
El Capitán Martin Withers, comandante del segundo avión, se limitó a anunciarles a sus cinco tripulantes, los peligros de la misión denominada "Black Buck", que implicaba cubrir un trayecto de 6.280 km sobre el Atlántico Sur, antes de identificar y bombardear una simple pista de aterrizaje, cuando el radio de acción del avión no era más de 2.740 km. No contaban además, con pistas alternativas utilizables, ni para casos de emergencia ni para reabastecimiento, como no fuera, quizás Río de Janeiro.
Este problema de radio de acción, no se podía resolver, más que recurriendo al reaprovisionamiento en vuelo. Se había provisto a los Vulcan, de una toma improvisada, y los pilotos no habían tenido más de dos semanas para entrenarse en la operación. Once gigantescos aviones tanque, Victor, acompañaron al Vulcan, para servirles de cisternas volantes. Su altitud normal de vuelo era de 12.000 m, pero el reabastecimiento se realizaba a 9.300 m. 

Cuando el Vulcan se aproximaba a las Islas Malvinas, descendió a 90 m de altitud, para minimizar el riesgo de ser detectado por los radares. A 75 km del objetivo, remontó a 3.000 m, para la ejecución del bombardeo. Verificó que el sistema de navegación lo hubiera llevado al objetivo predeterminado, luego tomó rumbo 235° y encaró la recta final, según un eje oblicuo con relación a la pista. El lanzamiento de las 21 bombas no duró más de 5 segundos.
Cuando las bombas se deslizaron hacia Puerto Argentino, el Vulcan ya estaba a 5 Kilómetros del lugar; de inmediato dio media vuelta, esperando la réplica argentina. No hubo disparo antiaéreo alguno en su dirección; solamente una indicación del sistema de detección, para alertar que un radar de tierra lo había detectado, a lo cual la tripulación conectó el sistema de contramedidas electrónicas (CME), para interferir el radar argentino. Una bomba hizo impacto sobre la pista y las demás en sus inmediaciones. 
Los pilotos británicos, habían elegido un eje de bombardeo "atravesado", para asegurar así que la pista recibiera al menos un impacto. Después de haber lanzado sus bombas, el Vulcan debía haber descendido a 90 m para escapar de la detección de los radares, pero su comandante prefirió, para economizar combustible, trepar inmediatamente al nivel crucero y ajustó los aceleradores al régimen de consumo mínimo.
Excitados por la idea de tomar parte en la acción, los pilotos de la FAA dejaron sus bases en el continente, distante aproximadamente 645 km, para cobrarse venganza sobre la flota británica. Los ataques iniciales, resultaron inconcluyentes y por eso, ese mismo día, los pilotos argentinos realizaron un ataque frontal más determinado. Pero la acción fue un error táctico. Tan pronto aparecieron los Mirage, los Sea Harrier maniobraron rápidamente para situarse a sus colas. Un AIM-9L Sidewinder lanzado por el teniente Paul Barton, aceleró inexorablemente hacia su desafortunada víctima distante apenas 1.600 m.
- Desde las 04:40 hs, momento en que se produjo el primer ataque británico sobre Puerto Argentino, se libran intensos combates en las proximidades de las islas Malvinas.
- Casi al filo de la medianoche, el presidente Galtieri dirigió un mensaje al país en el que, al referirse a las acciones bélicas iniciadas por Gran Bretaña en las islas Malvinas, enfatizó que a la Argentina no le quedaba otro recurso que responder con la acción militar. Puntualizó que ello nos costará muchas vidas y pérdidas materiales, pero que será mucho más alto el precio que paga y pagará la incalificable osadía del invasor, que ha cometido el imperdonable pecado político de confundir la prudencia con la debilidad.
- El gobierno argentino informó sobre el desarrollo de las acciones de guerra desencadenadas en las islas Malvinas.
- Washington: La Argentina dirigió notas al Consejo Permanente de la OEA y al presidente de la recién celebrada reunión de cancilleres americanos, en las que denuncia la actitud dual de Estados Unidos, que no hizo observación alguna en el citado encuentro y luego dispuso sanciones contra la Argentina y el apoyo a Gran Bretaña, en contra de lo aprobado, a lo que lo obliga su condición de firmante del TIAR y miembro de la OEA.
- Nueva York: La Argentina denunció ante la ONU, la agresión británica, a través de notas enviadas al secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuellar, del Perú, y al presidente del Consejo de Seguridad, Ling Qing, de China, por la cual se denuncia la violación por Gran Bretaña de la resolución 502.
- Nueva York: El gobierno británico entregó también una carta al Consejo, informando del bombardeo, que justifica como "un ejercicio de su inherente derecho de legítima defensa reconocido por el artículo 51 de la Carta de la ONU".
- Washington: El presidente Reagan manifestó su sorpresa por la agresión británica a las Islas Malvinas y dijo que los Estados Unidos permanecerán listos para ayudar a encontrar una solución pacífica. "Aún estamos dispuestos a ayudar y esperanzados en una solución pacífica" dijo Reagan antes de salir de la Casa Blanca hacia la base aérea Andrews.
- Madrid: España, miembro del Consejo de Seguridad, ha sido el primer país de Europa occidental en expresar su desaprobación hacia la política de Londres, en el litigio con la Argentina, al calificar de "error histórico" el ataque a las Malvinas. El comunicado reiteró la oposición española al uso de la fuerza y deploró que no se haya tenido en cuenta el problema colonial de fondo.
- Moscú: La Unión Soviética censuró duramente al presidente norteamericano Reagan por ofrecer ayuda a Gran Bretaña en el conflicto con la Argentina por las islas Malvinas: "haciendo a un lado la hipocresía de la diplomacia norteamericana -sostuvo la agencia noticiosas TASS- Reagan reafirmó la decisión de Washington de dar toda la asistencia necesaria a Gran Bretaña, para restablecer su dominio colonial". La versión sostuvo que el anuncio de Reagan de "sanciones militares y económicas" demostraba que su objetivo era consolidar los intereses británicos y norteamericanos en el Atlántico Sur. Esta misión sólo le permitió a Gran Bretaña ganar tiempo, a fin de llevar sus barcos de guerra a las Islas Malvinas y establecer un bloqueo militar alrededor del archipiélago.
- Bogotá: Mientras la totalidad de la prensa colombiana destacó hoy su apoyo irrestricto a la reivindicación argentina sobre las islas Malvinas, el gobierno del presidente Julio César Turbay Ayala, continuaba guardando silencio sobre el conflicto. En una nota editorial, el diario "El Tiempo" afirmó que "por elementales razones de fraternidad hemisférica, el pueblo colombiano, que tantos vínculos de diversa naturaleza ha tenido y tiene con la Argentina, espera que sus hermanos australes sortearán con éxito esta emergencia que los ha enfrentado".
- Brasilia: El vocero del gobierno brasileño, Bernardo Pericas, informó que el presidente Joao Baptista Figueiredo deploró el ataque armado británico contra las islas Malvinas. En un comunicado, Brasil afirmó que "la acción militar viola el primer párrafo de la Resolución 502 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, del pasado 3 de abril, que pide el cese de hostilidades".
- Buenos Aires: La embajada japonesa en esta capital desmintió que su país hubiera aplicado sanciones económicas a la Argentina con motivo del conflicto de las islas Malvinas. En un comunicado señaló que "tiene el honor de informar a todos los medios de difusión de la República Argentina que las versiones difundidas por algunas agencias de noticias internacionales, en el sentido de que Japón había tomado sanciones económicas contra la República Argentina, son totalmente infundadas y carecen de veracidad".
- La Habana: El gobierno cubano acusó a Gran Bretaña de "interrumpir el proceso de negociación" en el conflicto sobre las Malvinas y ofreció apoyar a la Argentina "con todos los medios necesarios".
- Lima: El canciller peruano, Javier Arias Stella, acusó a los Estados Unidos de contribuir al incremento de hostilidades en la crisis de las Malvinas y, al mismo tiempo, indicó que su país considera, junto con otras naciones de la región, solicitar una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU. Arias Stella envió un mensaje a su colega argentino, Nicanor Costa Méndez, en el que le anuncia que Perú continuará realizando todos los esfuerzos posibles para una solución pacífica y justa a la crisis de las Malvinas. Por su parte, el presidente peruano, Fernando Belaúnde Terry envió una nota a su colega argentino, Leopoldo Galtieri, donde condenó "las medidas adoptadas por Estados Unidos a favor de Inglaterra y contra la Argentina". Asimismo, reiteró que la Argentina ostenta títulos ancestrales inobjetables. 
- San José: El gobierno de Costa Rica afirmó que la decisión de Estados Unidos de aplicar sanciones a la Argentina, rompió la solidaridad continental y calificó, la posición como "contraria a la juridicidad interamericana".
Bautismo de fuego de la FAA
El 1 de mayo de 1982, la Fuerza Aérea Argentina desarrollo cincuenta y seis salidas de combate contra la flota británica, iniciando así lo que se iba a constituir en una continua y valerosa acción de esta fuerza a lo largo de todo el conflicto y quedaría en la historia de la Nación como el Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina.

Tres M-5 Dagger, indicativo "Torno". Misión: ataque a objetivo naval. Tripulación: Capitán Norberto Dimeglio (C-432), Teniente Gustavo Aguirre Faget (C-412) y 1er Teniente César Román (C-407). Armamento: bombas retardas por paracaídas y cañones. Despegaron de San Julián a las 15:45 hs. El C-432 arribó a las 17:25 hs y los otros a las 18:25 hs.
Dos A-4C Skyhawk. Misión: sombrilla aérea. Tripulación: Teniente Néstor López (C-303) y 1er Teniente Daniel Manzotti (C-310). Despegó de San Julián a las 14:00 hs y arribó a las 15:00 hs.
Dos A-4C Skyhawk, indicativo "Pampa". Misión: reconocimiento ofensivo y sombrilla aérea. Tripulación: Capitán Eduardo Almoño (C-322) y Alférez Carlos Codrington (C-325). Armamento: misiles Shaffrir. Despegaron de San Julián a las 15:20 hs. El avión guía, informado de la presencia de PAC y con fallas del VHF y trasvase del tanque izquierdo, regresó. Arribaron a las 17:20 hs.
Dos M-5 Dagger, indicativo "Fortín". Misión: sombrilla aérea. Armamento: misiles Shaffrir. Tripulación: Capitán Guillermo Donadille (C-403) y 1er Teniente Jorge Senn (C-421). Despegaron de San Julián a las 16:00 hs sin recibir tarea y arribaron a las 18:40 hs.
Un M-5 Dagger, indicativo "Rubio". Tripulación: 1er Teniente José Ardiles (C-433) y Capitán Carlos Rohde, como jefe de sección. Armamento: cañón de 30 mm y dos Shafrir. Despegó de Río Grande a las 15:54 hs.

Tres Canberra MK 62, indicativo "Ruta". Misión: buques Bahía Anunciación. Tripulación: Capitán Juan Nogueira, Capitán Raúl Sánchez (B-105), Capitán Eduardo Rodino, 1er Teniente Armando Dubroca (B-108), 1er Teniente Ernesto Lozano y Teniente Ernesto Cooke (B-109). Armamento: bombas MK-17. Despegaron de Trelew a las 16:05 hs.
Tres Canberra MK 62, indicativo "Rifle". Misión: buques Bahía Anunciación. Tripulación Nº 1: Capitán Alberto Balgorrí y Mayor Enrique Rodeyro (B-102); No 2: 1er Teniente Mario González y 1er Teniente Eduardo De lbáñez (B-110); Nº 3: Capitán Eduardo García Puebla y 1er Teniente Jorge Segat (B-104). Armamento: cuatro bombas de 1.000 lbs cada una. Despegaron de Trelew a las 16:20 hs.
Tres A-4C Skyhawk, indicativo "Lana". Misión: buques Bahía Anunciación. Tripulación: Capitán Jorge García, Teniente Jorge Casco, Alférez Gerardo Isaac y Teniente Jorge Farías. Armamento: dos bombas retardadas por paracaídas. Despegaron de San Julián a las 16:30 hs. Fue dificultoso el enlace con el radar Malvinas, por el intenso tráfico aéreo. El CIC Malvinas les informó que tenían interceptores a la cola y ordenó abortar la misión. Aterrizaron a las 18:30 hs.
En misión de cobertura de estas escuadrillas, partieron tres A-4B. Tripulación: 1er Teniente Mariano Velasco (C-206), Teniente Carlos Ossés (C-246) y 1er Teniente Héctor Sánchez (C-209). Despegaron de Río Gallegos a las 16:30 hs. Sin blancos adecuados disponibles, el CIC Malvinas les ordenó regresar. Arribaron a las 18:00 hs (el último regresó por desperfectos a las 17:00 hs).
Esta es la primera batalla librada por la Fuerza Aérea Argentina en su historia que significó su Bautismo de Fuego, resultando fallecido en combate el siguiente personal:
* Capitán Gustavo A. García Cuerva
* Primer Teniente Mario Hipólito González
* Primer Teniente José Leonidas Ardiles
* Teniente Daniel Antonio Jukic
* Teniente Eduardo Raúl de Ibañez
* Cabo Principal Mario Duarte
* Cabo Principal Juan Antonio Rodríguez
* Cabo Primero Miguel Angel Carrizo
* Cabo Primero José Alberto Maldonado
* Cabo Primero Agustín Hugo Montaño
* Cabo Primero José Luis Peralta
* Cabo Primero Andrés Luis Brasich
* S/C 63 Héctor Ramón Bordon
* S/C 63 Guillermo Osvaldo García
Los británicos tuvieron las siguientes pérdidas:
- Una fragata hundida
- Dos fragatas averiadas,con explosiones y en llamas.
- Un buque de asalto afectado y auxiliado para abandonar la zona.
- Dos aviones Harrier derribados (uno sensiblemente afectado)
- Varios helicópteros pertenecientes a las fragatas dañados.

Fuente
FDRA Malvinas