Mientras rugía la batalla frente a la villa de San
Isidro de Las Piedras, en las villas de San Carlos y de San Fernando de Maldonado,
la población se sublevaba contra los ocupantes ingleses. Auchmuty había dejado
una muy pequeña guarnición en cada una de ellas y algunos heridos no graves que
seguían al cuidado de las familias que los habían acogido. Los primeros indicios de indignación
surgieron cuando los vecinos vieron partir al ejército inglés otra vez hacia Pando,
habiendo incorporado a los heridos que ellos habían curado y que, esperaban, no
iban a empuñar las armas contra el Rey Católico.
Por su parte don Francisco de Oribe, comandante de
la campaña, había logrado armar y organizar, paisanos y pobladores de los
alrededores junto con algunos veteranos con experiencia de pelea, don Francisco
había estado hostigando a los ingleses arriándoles la hacienda, poniéndoles
fuego a sus carros, y haciendo atropelladas en medio de la noche para tenerlos
inquietos. Con la partida del ejército enemigo decidió reunir a los más
decididos de ambas villas para tratar de recuperarlas y quedó a la espera del
momento más oportuno. Ese momento llegó al atardecer del 25 de febrero, cuando arribaron
noticias que los ingleses habían ocupado nuevamente la villa de la Concepción
de Pando, que tomaron de rehenes a los padres de las principales familias y que
el 24 estaban atacando San Isidro de las Piedras. Al amanecer del día siguiente, todos los varones
de las villas, jóvenes y viejos y hasta algunas muchachas, acudieron al llamado
de la campana y armados con lo que habían logrado agenciarse sorprendieron a
los ingleses, quienes fueron reducidos con pocas bajas. Providencialmente,
la indignación no llevó a la venganza.
Al día siguiente todos los prisioneros fueron
despojados de sus uniformes que fueron reemplazados por ropas civiles, se les
administró también ponchos y alguna camisa de repuesto y se los llevaron a
fincas bien adentro de la campaña para evitar que volvieran a pelear. Se sabe
de varios prisioneros que, aquerenciados con algunas mozas lugareñas se resistieron un poco, pero como las mozas decidieron acompañarlos, se fueron en paz.
En el pequeño puerto de San Fernando de Maldonado se
pudo capturar un esquife que estaba allí amarrado, la tripulación del bergantín
que estaba fondeado más afuera sospechó algo y se alejó hacia la flota. En el
Cuartel de Dragones se encontraron, cajones con mosquetes, pistolas, sables y
mucha munición que habían bajado los ingleses y tenían como reserva, don
Francisco inmediatamente los puso a buen recaudo. En la Torre de Vigía del puerto se hallaron
muchos paquetes de telas y paños y hasta uno con porcelanas de la China, que
seguramente fueron prematuramente desembarcados para iniciar algún comercio,
pero que ahora engalanarán las modestas viviendas de estas villas, pues fueron
distribuidas entre todos los que se jugaron la vida ese día.
Un pequeño pago ante tantas penurias sufridas.
Très belle mise en scène de ce fait d'armes, superbes photos, village et figurines...Salutations de France, en espérant que la conjonctivite soit finie!
ResponderEliminarCher Phil, je vous remercie beaucoup pour vos bons vœux, je suis un peu mieux la conjonctivite. En ce qui concerne cette histoire, je tiens à préciser que ce ne soit pas strictement historique, est encadrée dans la petite campagne que nous jouons, certainement les unités militaires des deux parties sont historiques, la situation générale et les lieux aussi, mais pas les soulèvements. Les Britanniques ont atterri à San Fernando de Maldonado et occupé, mais jamais capables d'occuper San Carlos, la force envoyée de San Fernando de Maldonado à occuper a été vaincu et, plus tard, devait également évacuer San Fernando de Maldonado. Gros câlin (stérilisé), des terres lointaines et brumeux de l'extrême sud. Carlos
EliminarQuerido Armand: he visto tu nuevo enlace en
ResponderEliminarhttp://theminiaturespage.com/boards/msg.mv?id=457523
te agradezco nuevamente tu gentileza al difundir mi blog. Aparentemente ya no lo puedo hacer desde la misma página pues han cambiado las reglas de uso. Cordialmente, Carlos